En el famoso Valle de la Muerte de California, ocurre un fenómeno que ha llamado la atención de visitantes y científicos por año: cientos de rocas se mueven solas.
Pese a que la situación era ampliamente conocida y difundida, no había una explicación lógica, simplemente, de un día para otro, las piedras gigantes aparecían en un lugar distinto al que habían sido vistas por última vez, dejando un surco asombroso.
A veces, el peso de las rocas, formaba figuras perfectas y coordinadas, como si se pusieran de acuerdo para moverte, lo que generaba aún más intriga dentro del mundo científico.
El misterio tras las rocas que se mueven solas
Frente a un misterio que parecía no resolverse, Richard D. Norris y James M. Norris, dos primos científicos, decidieron fundar en 2011 la Iniciativa de investigación de piedras deslizantes, con la que buscaban dar con las respuestas a este misterio.
Así, posicionaron 15 rocas con rastreadores GPS, cámaras time-lapse para registrar el movimiento de las piedras y una estación meteorológica de alta resolución para tener la captura que cada movimiento.
Sin embargo, los investigadores debieron tener mucha paciencia para obtener resultados, ya que tras dos años de rastreos, lograron tener un registro nítido de cómo las rocas se movían. En concreto, el estudio evidenció que las rocas se movían entre 2 y 5 metros por minuto.
La explicación detrás de este misterio tenía una explicación más clara de la que se pensaba y la respuesta está en el hielo y el viento.
En el invierno, cuando las temperaturas alcanzan bajas temperaturas, se forman estanques poco profundos en la playa que luego se forman en hielo, que, luego en verano, se va derritiendo creando paneles flotantes que gracias al leve viento en el lugar hace que las rocas se muevan.
Por otro lado, descubrieron que, en realidad, el fenómeno se produce cada dos o tres años, dejando huellas visibles durante 3 a 4 años.