9 medidas para que el cambio de hora no afecte tanto

Para mitigar los efectos del cambio de horario, María Francisca Lam, Psicóloga y jefa de gestión de Salud Mental de Achs Salud, comparte algunas recomendaciones, como intentar acostarse y levantarse a la misma hora todos los días.

Este sábado 7 de septiembre se cambia la hora y comenzamos a funcionar con el horario de verano. Odiadlo por algunos y querido por otros, lo cierto es que, de acuerdo a lo que todos los años explican diversos expertos, el cambio de hora le hace mal al cuerpo.

¿Cuáles son los principales efectos?

Las mañanas más oscuras y las tardes más claras podrían aumentar el riesgo cardiovascular, elevando la incidencia de infartos y accidentes cerebrovasculares, de acuerdo a la Asociación Chilena de Seguridad (Achs). Esto por el cambio en la rutina al tener más tiempo de luz solar.

Además, el ajuste en el horario podría impactar negativamente en la calidad del sueño, haciendo que muchas personas duerman menos de lo habitual. Las dificultades para dormir pueden debilitar el sistema inmunológico, aumentando la susceptibilidad a enfermedades y alergias.

Asimismo, el rendimiento en las actividades cotidianas se ve afectado, con una disminución en la capacidad de concentración y memoria.

Varios países están reconsiderando la utilidad del cambio de hora, dado que la adaptación que este requiere no se justifica con los supuestos beneficios en ahorro energético.

Lo que se ahorra en iluminación nocturna se gasta en las mañanas, y con las jornadas más largas, el consumo de aire acondicionado y ventiladores aumenta.

¿Qué hacer?

Para mitigar los efectos del cambio de horario, María Francisca Lam, Psicóloga y jefa de gestión de Salud Mental de Achs Salud, nos comparte algunas recomendaciones útiles como:

● Mantener una rutina fija de sueño: levantarse y acostarse a la misma hora todos los días.
● Intentar exponerse al sol durante una hora todos los días.
● Cuidar tu lugar de descanso: Mantener tu dormitorio oscuro, silencioso y ordenado.
● Realizar ejercicio regularmente: si este es intenso, idealmente hacerlo entre 3 y 5 horas antes de dormir.
● Establecer horarios regulares para las comidas y asegurarse de que la última comida sea al menos dos horas antes de acostarse.
● Limitar la ingesta de líquidos antes de dormir: esto evitará interrupciones durante la noche.
● Evitar el uso de pantallas al menos una hora antes de dormir.
● Si es inevitable usar dispositivos electrónicos, activar el modo nocturno o “shift”: esto reducirá la emisión de luz azul
● Si no estás pudiendo conciliar el sueño, se recomienda levantarse y realizar alguna actividad relajante: leer, escribir o escuchar música suave y regresar a la cama cuando vuelva la somnolencia.