El sentido común suele definirse como la capacidad que tenemos los seres humanos para pensar y actuar como lo harían los demás. Por ejemplo, al momento de cruzar la calle y ante la presencia de un semáforo en rojo, nuestro sentido común nos indica que la luz debe estar en verde para que crucemos tranquilamente, sin correr ningún peligro.
A lo largo de la historia, el sentido común ha permitido a las personas comprender normas sociales y tomar decisiones socialmente aceptadas.
Estudio sobre el sentido común
Para profundizar en esta increíble capacidad que tenemos los seres humanos, un estudio de la Universidad de Penn Integrates Knowledge, junto a Mark Whiting de la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas y la Escuela Wharton, desarrollaron un marco para cuantificar el concepto de sentido común.
“El sentido común es algo que todos creemos poseer, pero rara vez, o nunca, nos vemos obligados a articular cuáles de nuestras creencias consideramos ‘de sentido común’ o quién más creemos que las comparte”, sostuvo Watts en un comunicado.
El primer paso de la investigación fue definir de manera correcta el sentido común. Descubrieron que depende del tipo de afirmación que se evalúe. Por ejemplo, existen afirmaciones relacionadas con hechos concretos y fáciles de verificar, las cuales tienen una tendencia a ser consideradas sentido común por la mayoría de las personas, mientras que en otras afirmaciones pueden surgir discrepancias.
Además, en el estudio pudieron identificar que el sentido común no es tan común como creemos. A lo que se refieren los académicos es que son pocas las personas que están de acuerdo con las afirmaciones, lo que desafía la concepción de que el sentido común es universalmente compartido. Incluso, según el estudio, entre grupos más grandes, existen menos creencias comunes.
Para llegar a estos resultados, recopilaron más de 4000 afirmaciones de distintos tópicos, desde filosofía hasta verdades prácticas, y pidieron a más de 2000 personas que calificaran las afirmaciones en términos de su sentido común.
Al analizar los resultados, encontraron una variación significativa en lo que cada persona considera como sentido común. “Curiosamente, los factores demográficos como la edad, la educación o la inclinación política no influyeron significativamente en el nivel de sentido común de una persona”, comentó Whiting. “Pero la percepción social (la capacidad de comprender los pensamientos de los demás) se correlaciona con un mayor sentido común”.
“Nuestros hallazgos sugieren que la idea de sentido común de cada persona puede ser exclusivamente suya, lo que hace que el concepto sea menos común de lo que cabría esperar”, explicó Whiting.
Tras estos resultados, los investigadores tienen la intención de expandir su investigación a una escala global, analizando el sentido común en distintas culturas y sociedades con la finalidad de entender cómo varía y los aspectos universales que podría tener.
Otro proyecto en el que están interesados consiste en desarrollar métodos para medir e implementar el sentido común en los sistemas de Inteligencia Artificial (IA). Esto podría mejorar la comprensión de la IA sobre los contextos humanos y, al mismo tiempo, aumentar sus capacidades en la toma de decisiones.