Según el último estudio del Fondo de Población de las Naciones Unidas (FPNU), existe una baja a nivel mundial en la tasa de natalidad. El escenario en 1950 era un mundo en el que, en promedio, una mujer tenía cinco hijos. En 2024, esas cifras están lejos de replicarse, con un promedio de 2.3 hijos.
En el caso de Chile, la realidad no es distinta e incluso se ha manifestado una tasa de natalidad aún más baja, con un registro de 1.5 hijos, siendo la cifra más baja en el continente de América Latina junto a Costa Rica; le siguen Argentina con 1.6 y Brasil con 1.9.
En conversación con La Tercera, Héctor Sánchez, director del Instituto de Salud Pública de la U. Andrés Bello y exsuperintendente de Salud, comentó que la baja tasa de fecundidad trae consecuencias en el crecimiento demográfico: “Este es un indicador que hace varios años se viene deteriorando y una de las principales consecuencias es el envejecimiento de la población, pues empiezan a aumentar los viejos en proporción a los jóvenes y eso es un problema porque se necesita de ellos para sostener a los de mayor edad. Por lo tanto, desde esa perspectiva el país no crece, salvo por la migración”, comenta el especialista.
Ya el Registro Civil había publicado que en nuestro país hubo 173.920 nacimientos, en comparación con los 189.336 de 2022. Sin embargo, lo más preocupante es que en el año 2014 se registraron 251.011 nacimientos, lo cual significa la disminución más grande de los últimos 10 años en la tasa de natalidad en Chile.
Según un estudio del Departamento de Salud Pública y Epidemiología de la Universidad de los Andes, la Tasa Global de Fecundidad (TGF) se redujo de 5.5 hijos por mujer en el año 1960 a 1.9 en 2011. El gran cambio de tasa de natalidad fue en 1970, cuando se registró un aumento en la mano de obra femenina pasando de un 22.4% al 40.2% y en promedio bajó la tasa de natalidad un 3.4 ese año.
Rodrigo Larraín, sociólogo y académico de la U. Central, en el citado medio comentó sobre la baja tasa de natalidad que “ya el próximo año va a estar igualado el número de mayores de 60 años con los menores de 15. Por lo tanto, va a haber un gran número de población que no va a estar económicamente activa. Entonces, empezará a bajar el producto interno bruto y existirá el riesgo que el país se estanque”.
En cuanto a las causas de este fenómeno, el académico agregó que “a medida que aumentan los niveles de educación y mejoran los trabajos urbanos, se produce la transición demográfica. Es decir, empieza a disminuir el número de nacidos y aumenta la esperanza de vida”. Sin embargo, agrega que “obviamente esa explicación es incompleta, entonces otra razón podrían ser las expectativas sociales: la gente quiere tener mayores estudios o mejores trabajos, por lo tanto empieza a postergar la natalidad. Y este cambio se ve especialmente en las mujeres, pues ahora hay más mujeres estudiando y trabajando”.
Otros países también han vivido la situación que afronta nuestro país. Tal es el caso de China que, tras una caída en más de 500.000 nacimientos en 2023, tomó una serie de medidas en busca de aumentar la tasa de natalidad, como incentivos financieros y políticas de cuidado infantil. Esta última medida tiene como propósito ser un incentivo para que los jóvenes se casen y además se les ofrece una ayuda económica de 1000 yuanes (137 dólares) si la novia tiene 25 años o menos.
