Ser amable es bueno para la salud
Una sonrisa, un cumplido o hablar amablemente con alguien son acciones sencillas que podrían tener efectos psicológicos positivos muy significativos.
Ser agradable es beneficioso no solo para las otras personas, sino que para la salud propia. Así lo asegura una investigación llevada adelante por la Universidad de Ciencias Sociales de Varsovia, Polonia.
Por ejemplo, una sonrisa, un cumplido o hablar amablemente con alguien son acciones sencillas que podrían tener efectos psicológicos muy significativos. “Son actos que se pueden realizar sin que impliquen grandes esfuerzos ni sacrificios”, dijo la profesora Olga Bialobrzeska, quien es una de las principales autoras del estudio.
“En cada una de nuestras interacciones, ya sea con conocidos, desconocidos o familiares, podemos elegir entre ser amables, neutrales o no amables“, prosiguió Bialobrzeska.
En concreto, durante esta investigación, los científicos obligaron a los participantes a hacer pequeños actos de amabilidad, analizando no solo la psicología de las personas, sino que en un ámbito hormonal.
La oxitocina, hormona que se asocia a los vínculos sociales y la confianza en otras personas, fue el centro de este estudio, aunque también se analizó la dopamina, que se vincula a la euforia, conocida como “subidón del que ayuda”.
De esta forma, se evidenció que cuando las personas realizaban una buena acción o trataban con amabilidad a otras, se activaba la parte del cerebro que se vincula a los placeres. Sin embargo, no todas las buenas acciones pueden tener este efecto. “La amabilidad fingida que ejercemos con una persona hacia la que sentimos aversión, puede perjudicar nuestra propia salud“, afirmó Bialobrzeska.
Sobre este punto, la profesora profundizó que: “No la hemos analizado en este estudio, pero hay literatura científica previa. Un estudio analizó el estado de ánimo de teleoperadores que tienen que ser amables todo el día, incluso con clientes que no lo son con ellos. La mayoría afirmaba acabar la jornada agotada por el esfuerzo emocional”
Pero, concluyó Bialobrzeska, según las conclusiones de este estudio “una amabilidad casual, sin costos. Simples gestos cotidianos, como tener una charla amistosa con el vecino, ser amable con un empleado en una tienda o preguntarle a un compañero de trabajo cómo le va”.