La investigación realizada por un estudiante de posgrado y programada para la edición del 15 de agosto de Environmental Pollution, muestra que las partículas de polímero y fibras en estos mamíferos los microplásticos podrían viajar fuera del tracto digestivo y llegar hasta los tejidos.
Consecuencias
Si bien, aún no se ha podido concluir cuáles son los efectos de esto, los investigadores se encuentran estudiando los resultados para identificar las principales consecuencias de que haya plástico dentro de estos animales.
Por una parte, la presencia de plástico en los mamíferos marinos podrían funcionar como imitadores de hormonas y disruptores endocrinos, e incluso, el autor del estudio, Greg. Merrill Jr, quien es estudiante graduado de quinto año en el Laboratorio Marino de la Universidad de Duke, entrega una afirmación más alarmante: “Alguna proporción de su masa ahora es plástico”.
“Esta es una carga adicional además de todo lo demás que enfrentan: el cambio climático, la contaminación, el ruido, y ahora no solo están ingiriendo plástico y lidiando con los pedazos grandes en sus estómagos, también están siendo interiorizados”, agregó mediante un comunicado.
Para obtener estos resultados se extrajeron muestras de 32 mamíferos marinos que se encontraban varados o recolectados para subsistencia en Alaska, California y Carolina del Norte entre 2000 y 2021. 12 especies fueron analizadas.
El peligro del plástico
Mediante esta investigación se observó que los plásticos son atraídos por las grasas de estos animales, además del melón que genera sonido en la frente de las ballenas dentadas y las almohadillas de grada que están en toda la mandíbula inferior. En todas estas zonas fueron hallados plásticos, incluso en los pulmones.
Otra de las consecuencias que genera el plástico en el interior de estos animales es que estos objetos podrían llegar a desgarrar y desgastar los tejidos. En promedio se encontraron entre 198 micrones y 537 micrones de plástico dentro de los tejidos. “Ahora que sabemos que el plástico está en estos tejidos, estamos analizando cuál podría ser el impacto metabólico”, afirmó Merrill.
Entre los objetos que más se encontró dentro de los animales fueron fibras de poliéster, que es común en las lavadoras, el polietileno, muy utilizado en los envases de bebidas y el plástico azul fue el color que más se halló en los tejidos.
“Para mí, esto simplemente subraya la ubicuidad de los plásticos oceánicos y la escala de este problema. Algunas de estas muestras datan de 2001. Esto ha estado sucediendo durante al menos 20 años”, concluyó Merrill.