Coipos en Chile: Gracias a cámaras trampa, descubren gran roedor en los bosques del sur
La primera aparición ocurrió en 2022, pero en enero de este año cuando finalmente lograron fotografiar a una familia entera.
Refugio de cauces, lagunas, cordilleras, humedales y bosques primarios, Reñihué es uno de los últimos grandes valles de Chile que amalgama la flora, fauna y hongos desde las cumbres más elevadas de los Andes hasta el océano Pacífico, sin interrupciones. Este valle es un pasillo ecológico sin igual para una diversidad de especies, como jaguares, gatos del monte, ciervos enanos y nutrias.
El sector, es un latifundio y localidad ubicados hoy día en el interior del Parque Pumalín, contiguo al cauce del río Reñihué, en la comuna de Chaitén, Provincia de Palena, Región de Los Lagos, Chile.
La Fundación Reñihué tiene como principal incentivo preservar este pasillo ecológico. Es una organización de la sociedad civil que monitorea e investiga la biodiversidad de este valle de manera incesante y sostenida desde hace cuatro años para contribuir a su apreciación y fomentar su preservación a largo plazo. A través de cámaras trampa, la fundación ha registrado más de dos millones de instantáneas que demuestran la presencia de diferentes especies en el bosque húmedo templado, enfocándose en el estudio de gatos del monte como uno de sus principales objetivos de investigación.
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La táctica
Los coipos resultaron vistos a través de cámaras trampa instaladas por parte de la fundación en sectores estratégicos.
Se trata del roedor nativo de mayor tamaño que habita en Chile y puede alcanzar pesos sobre los siete kilogramos, midiendo en promedio 52 cm, siendo el macho generalmente más grande que la hembra. El coipo posee un pelaje muy tupido, con pelos sedosos muy delgados y largos, es herbívoro y habita en lagunas, lagos, ríos, esteros y humedales con presencia de totoras, batros y vegetales semejantes.
“Para tomar las decisiones de conservación más adecuadas necesitamos tener en cuenta tendencias a largo plazo. Especialmente si hablamos de la fauna del bosque templado chileno, que aún es bastante desconocida, por ello monitoreamos este valle las 24 horas del día, los 365 días del año, lo que nos permite ir conociendo de manera profunda lo que ocurre. Nuestra misión es estudiar y monitorear la biodiversidad de Reñihué, para asegurar su conservación a largo plazo y poder luego aplicar este conocimiento a toda la Patagonia”, explica Thomas Kramer, coordinador de conservación de Reñihué.
Valentina Alarcón, ilustradora y coordinadora logística de la Fundación indica: “A través de la fotografía podemos mostrar lo que sucede en el bosque, revelar su día a día, su cotidianidad, desde ahí, acercar a las personas a conocer y querer proteger este ecosistema. Las cámaras trampa son increíbles en esto, el animal no sabe que hay un ser humano observando, lo que nos permite verlos tal como son y ser partícipes de su vida”.
“El reciente hallazgo de una familia de coipos (una madre y cinco crías) por primera vez en estos cuatro años a través de una de las 150 cámaras trampa desplegadas en este territorio demuestra la gran cantidad de información que ignoramos sobre el bosque húmedo templado que protegemos. El bosque resguarda la presencia y las interacciones de especies frágiles en la Patagonia chilena y para protegerlo de forma adecuada, no podemos subestimar el proceso lento y comprometido de recopilación de información”, afirma Eduardo Minte, el director ejecutivo de la Fundación Reñihué.