Conaf celebra la llegada de un ejemplar juvenil de yunco en la isla Chañaral
Desde el año 2013, el equipo trabajó en la erradicación de los conejos y en la implementación de nidos artificiales y sistemas de sonido en base a energia solar que atraerían a los yuncos de vuelta a la isla.
Por vez primera en cuatro décadas, la isla Chañaral, ubicada en la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, ha experimentado el alumbramiento de un ejemplar de yunco (Pelecanoides garnotii), una especie en riesgo de extinción.
Lograr que un nuevo junco naciera en la zona, fue parte de una estrategia que comenzó en septiembre de 2019, tuvo su cosecha en noviembre de 2022 y recién este martes fue difundido por Conaf. Para ello, en primer lugar, se tuvo que planear cómo erradicar al conejo de la isla, el cual utilizaba los nidos del yunco.
Conforme contó Cristian Rivera, custodio de la ínsula Chañaral, en 2013 se comenzó a trabajar la idea y en septiembre de 2019 se dio inicio al proyecto para atraer a los yuncos y que retornasen a nidificar.
Además de lo anterior, se incorporó un aspecto tecnológico: un método de sonido con energía solar que emitía sonidos de aves.
“Empleamos nidos artificiales de PVC y dos conjuntos de altoparlantes alimentados por energía solar que emiten sonidos de petreles para atraer a los adultos próximos a anidar en la isla”, describió Rivera.
¡Hermosa noticia desde el norte de 🇨🇱!
🟢Después de 40 años vuelve a nacer un yunco en isla Chañaral.
👉Es un ave en peligro de extinción y se logró que volviera a nidificar en esta isla de la RN Pingüino de Humboldt.
La información en nuestra web📲💻https://t.co/jy8Xgl3OC9 pic.twitter.com/xhZXtYp4UQ
— CONAF – Corporación Nacional Forestal (@conaf_minagri) March 28, 2023
El regreso del yunco a Chañaral
“Este representó uno de los primeros planes de esta índole en cualquier ínsula chilena. Sólo unos pocos días luego de instalar los dos dispositivos de sonido, los yuncos o petreles empezaron a arribar a la isla para inspeccionar los alrededores”, evocó.
Desde aquel momento, se inició la vigilancia, con el respaldo financiero de American Bird Conservancy (en el primer año) y posteriormente de la Fundación David Lucille Packard.
“Con cierta rapidez, los aparatos de detección de movimiento registraron la asistencia recurrente de los petreles en los dos lugares de atracción social establecidos. Además, se registraron varias huellas explorando nidos artificiales y un año y medio más tarde se descubrieron las primeras cavidades naturales de anidación”, precisaron desde Conaf.