Hoy, 21 de marzo, se celebra el Día Mundial del Síndrome de Down, una jornada que busca concienciar y sensibilizar a la sociedad sobre esta condición genética que afecta a más de 5 millones de personas en todo el mundo.
El síndrome de Down es una alteración cromosómica que se produce en el momento de la concepción, y que se caracteriza por la presencia de una copia extra del cromosoma 21. Esto puede provocar algunas dificultades en el desarrollo físico y cognitivo de las personas afectadas, pero no impide que puedan llevar una vida plena e integrada en la sociedad.
En este día especial, se busca fomentar la inclusión y la igualdad de oportunidades para las personas con síndrome de Down, así como erradicar los prejuicios y estereotipos que aún existen en torno a esta condición. También se destaca la importancia de promover su autonomía y su participación activa en la sociedad, así como el respeto y la valoración de sus derechos como ciudadanos.
En definitiva, el Día Mundial del Síndrome de Down es una oportunidad para reflexionar sobre la diversidad y la inclusión, y para reconocer la valiosa contribución que las personas con esta condición pueden hacer a nuestra sociedad.
La integración escolar y social es la principal deuda
Angela Nakab es una especialista en Pediatría y Adolescencia que forma parte de la Subcomisión de Medios y Comunicación de la Sociedad Argentina de Pediatría(SAP). Según sus palabras, “debemos incentivar la resistencia contra la estigmatización que a menudo se asocia con estas condiciones, centrándonos en los aspectos positivos del niño, y promoviendo su inclusión y su integración en la escuela en todas las etapas”.
La clave para fomentar el desarrollo de estos niños y adolescentes está en su ambiente, es decir, en el entorno que les rodea y en las conexiones que establecen con su familia y el resto de la sociedad.
Según la pediatra María Jimena Fraga, secretaria del Grupo de Trabajo en Discapacidad de la SAP, “es crucial conocer sus fortalezas y posibilidades, más allá de sus limitaciones y debilidades, y promover el respeto y la valoración de sus esfuerzos y logros.
“Desde el nacimiento, es importante estimularlos en todos los aspectos (psicológico, físico y social) para potenciar sus habilidades y lograr metas alcanzables. Debemos evitar la sobreprotección y fomentar su autonomía e independencia, recordando que cada individuo es singular y posee una personalidad única”, Concluyó.