La vida de la experta en neurociencia de los Estados Unidos, Jill Bolte Taylor, se transformó después de sufrir un accidente cerebrovascular. A sus 63 años, ha publicado dos libros que exploran el funcionamiento del cerebro.
Uno de sus hallazgos más notables fue el descubrimiento de que cada hemisferio del cerebro tiene una sección emocional y una sección racional. Bolte explica que los cuatro módulos que componen estos hemisferios -dos en el hemisferio derecho y dos en el hemisferio izquierdo- trabajan juntos como si fueran cuatro personajes que forman nuestra identidad. (Es imposible no pensar en Intensamente de Pixar).
Lo fascinante es que, cuando estos personajes están equilibrados y colaboran en conjunto como un cerebro completo, tendemos a tener una vida más satisfactoria.
Jill Bolte Taylor eligió esta rama de la medicina después de que su hermano fuera diagnosticado con esquizofrenia. Se mudó a Boston para trabajar en el laboratorio de la doctora Francine Benes en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Harvard.
En la actualidad, Bolte divide su tiempo entre Bloomington, donde ejerce como profesora adjunta de Anatomía, Biología Celular y Fisiología en la Universidad de Indiana, y un bote en un lago de Kentucky.
Derrame cerebral
En 1996, Bolte, una experta en neurociencia de 37 años, experimentó una sensación extraña. Sufrió una ruptura de un vaso sanguíneo en su cerebro, lo que le dejó incapacitada para caminar, hablar, leer, escribir y recordar en un corto período de tiempo.
Sin embargo, la neurocientífica pudo recuperarse después de ocho años y durante su recuperación, observó de cerca cómo su cerebro y sus funciones cambiaron. Este hecho le permitió hacer un descubrimiento importante que plasmó en su libro “My Stroke of Insight”, que ha sido traducido a más de 20 idiomas y es un éxito editorial.
Además, Bolte ha publicado “Whole Brain Living”, otra obra que ha tenido un gran impacto en el mundo de la neurociencia.
Sensaciones de la científica
La científica sostiene que todos estamos conectados en el cerebro para alcanzar una serenidad profunda. Recuerda claramente la mañana del 10 de diciembre de 1996, cuando se dio cuenta de que sufría un trastorno cerebral. Durante cuatro horas, fue testigo de cómo su cerebro se deterioraba por completo, perdiendo la capacidad para procesar información.
Según la investigadora, el hemisferio derecho de nuestro cerebro está dedicado al momento presente, al “aquí y ahora”. Este hemisferio procesa información en forma de imágenes y aprende a través del movimiento de nuestros cuerpos. Además, la información entra simultáneamente a través de todos nuestros sistemas sensoriales. En contraste, el hemisferio izquierdo se enfoca en el pasado y en el futuro, procesando la información de forma lineal y metódica.
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