Si algo abunda en estas fechas son las listas de alimentos para perder kilos, para mejorar el colesterol, para reducir el abdomen, borrar los excesos de las festividades o llevar a cabo un “détox”. Constantemente se anotan y mentalizan alimentos que sí comer y los que no, a los que cada persona se siente supeditado de manera estoica para modificar su cuerpo o mejorar la salud.
Sin embargo, según autores, sabido es que lo anterior no funciona. Estas listas son solamente la parte pretenciosa de querer mejorar la salud de manera rápida y mediante una vía corta, camino que según la OMS no existe, ya que estos definen la salud como “el estado completo de bienestar físico y social de una persona”, y no solo la ausencia de enfermedad.
El problema, según la nutricionista Azhara Nieto, es que existen profesionales de la salud que se enfocan exclusivamente en la pérdida de peso, sin adaptarse a las necesidades de los pacientes, esto hace que ellos tengan un papel pasivo basado en la obediencia a las instrucciones, sin ser el paciente realmente el protagonista de su salud.
Con esta manera de trabajar solo se crea una relación de desigualdad entre paciente y nutricionista, en la que el profesional termina sabiendo más de su hambre, sus gustos o sus hábitos que él mismo. Y, por otra parte, el paciente pone en él toda la responsabilidad y confianza.
Categorías para los alimentos
Tradicionalmente, y por desgracia categorizar moralmente los alimentos sigue siendo hasta la actualidad, una forma de informar por parte del personal de salud y así lograr generar control sobre los pacientes o usuarios: “Si eliges estos alimentos lo haces bien y estás en el camino de la salud, pero si eliges estos otros vas a enfermar, no te cuidas y no tienes fuerza de voluntad”, comenta Azhara a propósito de la forma de trabajar de algunos nutricionistas.
Además, la nutricionista, agrega
“En esta dicotomía es muy sencillo “enseñar” nutrición a los pacientes o divulgar. Es o “sí” o “no”, no hay medias tintas, no hay circunstancias personales, ni diferentes etapas del desarrollo, edad, sexo, o enfermedades. El nutricionista te da una lista de alimentos permitidos, otra de consumo libre y sobre eso te alimentas, y si no puedes seguir es porque no te esfuerzas demasiado o porque no te responsabilizas de ti mismo.”
Es así como buscan mediante esta forma de “informar” la implícita promesa de que si te esfuerzas suficiente puedes conseguir el cuerpo que quieras, con una alimentación saludable y deporte puedes ser tener el cuerpo ideal. Y no, esas promesas de perfección solo llevan al fracaso o la frustración, según da cuenta la nutricionista.
Entonces, ¿hay alimentos buenos y alimentos malos?
Es de común conocimiento que hay alimentos más nutritivos que otros, que son más ricos en nutrientes, y por ello se recomienda un consumo habitual, mientras que hay otros de menor calidad nutricional y, por tanto, su consumo es esporádico
Para Azahara Nieto, ningún alimento, por muy sano que sea, va a mejorar sustancialmente nuestra salud, ya que la salud es un conjunto de factores que no solo tienen que ver con a la alimentación. Por la misma razón, un alimento no tan nutritivo no va a hacer que nuestra salud empeore. “Todo es mucho más complejo, requiere de flexibilidad y equilibrio” sentencia.
Para concluir, la profesional recomienda que:
“Más que poner el foco en alimentos que sí y en alimentos que no, el enfoque debe estar en valorar nuestra alimentación en conjunto, además de la calidad del sueño, la actividad física y el nivel de estrés, y dejar de vivir en blanco y negro, por que la vida y la nutrición son en tecnicolor”.
Comer, es mucho más que un placer y una necesidad, la dieta y los hábitos alimenticios son ahora mismo el factor de salud pública que más puede ayudarnos a prevenir numerosas enfermedades, desde muchos tipos de cáncer hasta la diabetes.