¿Adicto al teléfono incluso en vacaciones?: Podrías tener nomofobia
En 2013, la Nomofobia se incluyó en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría (DMS-V).
El periodo estival para muchos es sinónimo de relajo y desconexión para dejar los estudios o el trabajo un poco de lado, para darle espacio al tiempo de descanso. Sin embargo, con el pasar de los años y el avance de la tecnología, la simple práctica de desconectarse para algunos termina siendo imposible.
La necesidad de saber que está pasando, el navegar y hacer scrolling incansablemente sin siquiera tener un objetivo o tan solo tener el celular en la mano para revisar las redes sociales una y otra vez, se ha transformado en más que una obsesión, un problema real.
El celular para muchos, es lo primero que ven al amanecer y lo último que atienden antes de dormir.
Probablemente el hecho de que estos aparatos sean hoy también agendas, cámaras fotográficas de alta resolución, navegadores de internet que ofrecen una excelente experiencia de usuario, entre miles de otras funciones, incide en que en 2009 se haya oficializado el uso del término nomofobia para un fenómeno que no debiese sorprender: La adicción al celular.
Su nombre lo dan las siglas en inglés No mobile phone fobia, a la dependencia que puede llegar a generar en algunas personas el celular. No las redes sociales, el recibir notificaciones constantes o los juegos en el celular, sino más bien el hecho de sentirse constantemente en conexión.
Cifras alarmantes
Según expertos, más del 50% de los usuarios de telefonía móvil experimenta este padecimiento en distintos grados. En promedio una persona puede consultar el teléfono celular 34 veces al día.
La nomofobia ha sido calificada por especialistas en salud mental como la nueva enfermedad del siglo XXI. El celular ha llegado a ser una extensión de una persona y su identidad. Se ha desarrollado una auténtica dependencia emocional hacia el aparato.
Paola Ancarola, psicóloga clínica especialista en adicciones y co-fundadora de Grupo Mentaliza, explica que al igual que una relación adictiva con una sustancia, una adicción al celular es un fenómeno multifactorial. “Tiene que ver con múltiples causas que se interconectan como un entramado de condiciones que instalan una adicción”, comenta.
“Aquí hablamos de una interacción entre historia de vida, hábitos y también de relaciones significativas con las que se cuente, es decir, un ambiente que protege o predispone a desarrollar una relación de dependencia, ya que como seres humanos venimos programados neuronalmente para la búsqueda del placer, las sensaciones de alegría y euforia, y que estas se repitan una y otra vez, para la liberación de dopamina. Por lo tanto, el ambiente en que una persona se desarrolla es clave para que el circuito de recompensa se active frente a algún estímulo como el alcohol, las drogas, o el juego, por ejemplo”, complementa la psicóloga.
Además, agrega que es muy importante considerar estos mecanismos ‘estímulo y recompensa’ del cerebro cuando pensamos en la incorporación de la tecnología a nuestra vida cotidiana.
Al normalizar el disponer largas horas del día al uso del aparato móvil, muchas de las personas que puedan padecer de esta adicción no le toman el peso necesario, es más, no lo distinguen siquiera como un problema.
Ancarola sentencia que, con todas estas señales, la Nomofobia debiese abordarse con la seriedad y cuidado que se aplica a cualquier otra adicción. “Debiésemos pensar estas conductas tal como pensamos el tratamiento de otras adicciones”, comenta. “Debiésemos tomar medidas de cuidado para que esta relación con el teléfono no se interponga en el desarrollo y logro de satisfacción vital de la persona”.