Un agujero gigante -de 1.000 años luz- rodea a la Tierra y se llama “superburbuja”, este no representa ningún riesgo, sino que se trata de un sitio propicio para la formación de estrellas y planetas.
Recientemente, un grupo de astrónomos del Centro de Astrofísica, Harvard & Smithsonian (CfA) presentaron un mapa único en su tipo, el cual podría ayudar a responder preguntas que existen sobre los orígenes de las estrellas y las influencias de los campos magnéticos en el cosmos.
“La elaboración de este mapa 3D de la burbuja local nos ayudará a examinar las superburbujas de nuevas maneras”, explicó en un comunicado Theo O’Neill, quien dirigió el esfuerzo de creación de mapas cuando aún era universitario.
La galaxia está llena de estas “superburbujas”, nombradas así “en el sentido de que es una cavidad alrededor de nuestro sol que está compuesta por gas muy caliente, en estado de materia plasma”, señaló en La Tercera Rodrigo Herrera, investigador del Centro de Astrofísica CATA.
¿Rodea a la Tierra?
Así es, pero se conoce como Burbuja Local, y no solo nuestro planeta está dentro de ella, sino que también el Sol y nuestro Sistema Solar.
Según expertos, es literalmente como una burbuja que se está expandiendo, “que en su centro es menos denso y que luego, tiene un borde de material más denso y frío que se está expandiendo dentro de nuestra galaxia centrado aproximadamente en nuestra estrella, el sol” señala el astrónomo de CATA.
Es un cuerpo que es parte de la vía láctea, y se expande dentro de ésta, pero que no causa un daño a la vida humana, ya que “nosotros estamos protegidos por nuestra atmósfera y nuestra interacción con el medio interestelar no es directo porque hay una atmósfera alrededor de nuestro planeta que actúa como una capa que nos separa del gas que está presente en esta burbuja” explica Herrera.
“Hicimos algunas suposiciones importantes para crear este primer mapa 3D de un campo magnético; de ninguna manera es una imagen perfecta”, sostuvo Alyssa Goodman, profesora de Harvard y astrónoma de CfA. “A medida que la tecnología y nuestra comprensión física mejoren, podremos mejorar la precisión de nuestro mapa y, con suerte, confirmar lo que estamos viendo”.