La industria del trasplante en China: Ejecutan a presos para salvar otras vidas
En 2014 se anunció que el país pondría fin a estas prácticas, pero diversos informes indican que se sigue realizando.
El trasplante de órganos es una de las prácticas más exitosas para salvar vidas, pero se enfrenta a un constante problema, el aumento de la demanda por órganos y un bajo suministro de éstos.
Lo anterior también ha dado paso al tráfico de órganos, donde personas pobres, desfavorecidas y perseguidas de la sociedad son vistos como una fuente de órganos para ser comprados.
Esto ocurre en muchos lugares del mundo, pero últimamente China ha llamado la atención debido a que es el único país donde el tráfico de órganos funciona a escala industrial, ya que éstos se le extraen a los presos de conciencia que son ejecutados. Algo que se conoce como sustracción forzada de órganos.
En el sistema normal los pacientes ingresan a una lista de espera hasta que aparezca un donante, generalmente una persona fallecida, algo que puede llevar semanas, meses o años. Sin embargo, al entrar el sistema de trasplantes de China, se puede programar un trasplante con semanas de anticipación.
Esto genera ciertas dudas: ¿Cómo puede el hospital emparejar a un paciente con un posible donante “fallecido” con semanas de anticipación? ¿Cómo encontró el hospital a este donante? ¿Cómo saben cuándo morirá ese donante? ¿El donante ha dado su consentimiento para que se extraigan sus órganos?
La respuesta es que China utiliza a los presos de conciencia encarcelados como grupo de donantes, quienes son ejecutados y a los que luego se le extraen los órganos contra de su voluntad.
Actualmente ese país tiene el segundo programa de trasplantes más grande del mundo, de hecho este tipo de intervenciones aumentó a principios de la década de 2000, pero no se vio correspondido con el aumento en los donantes de órganos voluntarios, lo que generó dudas.
En 2014 se anunció que China pondría fin a estas prácticas, pero diversos informes indican que se sigue realizando.
