Desde hace un tiempo, un grupo de investigadores del Centro de Gerociencia, Metabolismo y Salud Mental (Gero), han estado indagando en entender cómo funcionan los procesos neurodegenerativos, como la enfermedad de Parkinson y cómo intervenirla. Para aquello, los especialistas utilizaron al Nothobranchius furzeri, también llamado “killifish africano”, para avanzar en el entendimiento de la dolencia.
“Killifish africano”
En conversación con La Tercera, la investigadora de Gero y PhD. en Ciencias Químicas de la Universidad de Córdoba, Janina Borgonovo, señaló que “a medida de que estos peces envejecen van perdiendo la coloración, disminuye su fertilidad, empiezan a tener una mayor predisposición a tener ciertos tipos de cánceres y alteraciones hepáticas, y también presentan un deterioro del sistema nervioso central, por lo cual todo eso hacía que el modelo sea sumamente interesante para este tipo de estudios”.
Desde la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, señalaron que uno de los objetivos de esta serie de estudios es evaluar cómo las mutaciones asociadas a enfermedades humanas pueden afectar el desarrollo del sistema nervioso central.
“Con esta aproximación pudimos observar que algunas variantes genéticas producían alteraciones tempranas en el desarrollo de determinados tipos neuronales durante la embriogénesis”, detalló la científica.
Además, Borgonovo comentó que evaluaron las alteraciones que sufren las neuronas dopaminérgicas, que son las que se afectan en la enfermedad de Parkinson, durante el envejecimiento fisiológico.
Unas de las primeras preguntas de los investigadores al trabajar con esta especie es si a este pez, por un efecto natural del envejecimiento se le producían alteraciones en estas neuronas específicas que se pierden durante la enfermedad de Parkinson, llamadas neuronas dopaminérgicas.
“Cuando hicimos el estudio pudimos ver que efectivamente se pierden este tipo de neuronas de forma natural”, acotó la investigadora. Este hallazgo también fue ratificado por otra investigación realizada en Japón.
Finalmente, los investigadores esperan que este estudio del “killifish africano” pueda ser una herramienta para poder estudiar las patologías asociadas al envejecimiento. “Actualmente buscamos otros fenómenos relacionados a las patologías durante el envejecimiento natural del pez. Hemos visto que también en el intestino hay alteraciones que se asocian al apósito de alfa-sinucleína”, complementó Borgonovo al respecto.