La Puerta al Infierno es un cráter ardiente en el desierto de Karakum, Turkmenistán, y al parecer tendría los días contados.
El presidente de esa nación, Gurbanguly Berdymukhamedov, anunció la decisión de apagar el fuego que arde aquí desde hace más de 50 años.
Su nombre real es el cráter de gas de Darvaza y surgió en la década de los 70 —la versión más extendida— es que se realizaba una expedición de perforación en el suelo para buscar este compuesto, lo que generó un derrumbe en el suelo.
Debido al accidente, los expertos a cargo decidieron “prenderle fuego” al gas que emanaba, con el fin de que este no se propagara y con la creencia que este se apagaría en un par de semanas. Sin embargo, el fuego sigue encendido hasta hoy.
Allí nació el término de “Puerta al Infierno” y desde entonces se transformó en una atracción turística. Este año, el mandatario Berdymukhamedov manifestó que se debía «encontrar una solución para apagar el fuego», principalmente por la preocupación de que el sitio dañe la salud de las personas que habitan cerca.
Por otro lado, este lugar también genera pérdidas de negocio para el país, ya que el gas natural es uno de los principales recursos de este país.
Jeronim Perovic, historiador experto en la ya extinta Unión Soviética, manifestó en National Geographic que las Puertas del Infierno en realidad pueden haber sido el resultado de intentar ocultar errores.