Deseo sexual y antidepresivos ¿son compatibles?
“Cuando no se puede llegar al orgasmo, sea cual sea la razón detrás, es importante buscar otras fuentes de placer que sean corporales”, apuntan expertos.
Los trastornos depresivos y la ansiedad han aumentado con la pandemia, así lo demuestra un estudio realizado en 204 países y publicado por The Lancet, donde sostiene que estos variaron en un 27,6% y 25,6% respectivamente.
Por otra parte el estudio de 2016 Antidepressant-Induced Female Sexual Dysfunction –disponible en el Centro Nacional para la Información Biotecnológica (NCBI) de Estados Unidos–, planteó que hay una relación bidireccional entre la depresión y las disfunciones sexuales. Es decir, la depresión puede causar disfunciones sexuales, y las disfunciones sexuales pueden dar paso a profundizar una depresión.
Las mujeres son el género más afectado, ya que resultaron más propensas a desarrollar disfunciones sexuales, como falta de deseo, baja excitación mayor dificultad para alcanzar el orgasmo. Según señalan expertos, todos los antidepresivos disminuyen la líbido.
“No todos tienen el mismo riesgo. Se ha visto que el riesgo está más presente con un tipo de antidepresivos, como los que son los de la familia de los ISRS, y dentro de esos están la Sertralina y el Escitalopram, que son los que comúnmente se prescriben de primera línea y los que más están asociados a riesgo”, explicó María Isabel Ruiz, psiquiatra de la Unidad de Trastornos del Ánimo de la Red de Salud UC Christus en La Tercera.
Los medicamentos que también presentan el riesgo también son los antipsicóticos o estabilizadores del ánimo, los cuales están indicados para personas con trastornos de ansiedad, trastornos obsesivos compulsivos o con trastornos por estrés post traumático.
“Es frecuente que un paciente que tiene depresión también tenga una disminución del deseo sexual. En esos casos, con los antidepresivos que uno prescribe, hay pacientes que mejoran en su sexualidad porque mejoran de la depresión, pero también hay personas que describen que presentan disminución del deseo o dificultades para lograr el orgasmo. Sin embargo, ocurre que la sexualidad aún sigue siendo un tema tabú y por tanto en la consulta los pacientes reportan poco las dificultades que puedan estar teniendo con la ingesta de los nuevos medicamentos. En vez de preguntar, revisan en internet, y ese es un grave error”, agregó.
Pía Urrutia, psicóloga feminista, indicó en el mismo medio que “cuando no se puede llegar al orgasmo, sea cual sea la razón detrás, es importante buscar otras fuentes de placer que sean corporales. De hecho, hay un montón de técnicas para encontrar el placer en los sabores, los olores y no necesariamente en algo relacionado a los genitales”.