Este sábado 11 de septiembre se cumplen 20 años de uno de los atentados más recordados de la historia reciente: el ataque a las Torres Gemelas y el Pentágono, los que dejaron un saldo de 2.996 fallecidos.
“Los atentados perpetrados por Al Qaeda cambiaron el rumbo de la historia política de Estados Unidos y la de muchos de sus aliados, sobre todo europeos”, explicó Alberto Rojas, director del Observatorio de Asuntos Internacionales de la Universidad Finis Terrae, en Emol.
Este fue un punto de inflexión para Estados Unidos, ya que desde ese entonces se inició la “Guerra contra el terrorismo”, propuesta por el mandatario norteamericano George W. Bush.
Allí inició uno de los principales objetivos, acabar con Al Qaeda, la organización que se adjudicó el atentado y que dio comienzo a la invasión de Afganistán en octubre del 2001. Esta “terminó” recién en agosto de este año con la salida de las tropas norteamericanas del país.
“Washington no quería que Afganistán volviera a ser un ‘país santuario’ para grupos yihadistas y la forma de evitarlo era -inevitablemente- reconstruyendo Afganistán e intentando construir un país más estable, seguro, democrático, etc.”, agregó Rojas.
Si bien la presencia militar de Estados Unidos en el Medio Oriente pudo acabar en 2011 (con la muerte de Bin Laden), perduró otros 10 años, lo que implicó más de 172.000 fallecidos, entre los que se encontraban soldados estadounidenses, civiles, tropas afganas, combatientes talibanes y activistas de ONGs.
Aún así, las cosas no terminaron del mejor modo, ya que al igual que en 2001, Afganistán terminó de nuevo en el poder de los talibanes.
Otra consecuencia de la invasión estadounidense fue que afloró un nuevo sentimiento en las facciones islámicas radicales, lo que se vio en nuevos atentados como el metro de Madrid en 2004 o en el transporte público de Londres en 2005, los que fueron perpetrados por células locales de Al Qaeda.
“Lejos de acabar con la amenaza de los grupos yihadistas, las intervenciones en Afganistán e Irak, al igual que muchas de las operaciones con comandos y drones en diferentes países, solo han ayudado a crear nuevas generaciones de yihadistas”, manifestó el experto.