La inteligencia emocional ha estado tomando relevancia en los últimos años, posicionándose como una de las habilidades más requeridas en el mercado laboral. Ante esto, para el Yale Center for Emotional Intelligence (YCEI), la considera igual o más importante que aprender matemáticas.
“Una de las diferencias de la inteligencia emocional, es que no es como la inteligencia cognitiva. Sé la suficiente cantidad de matemática para manejarme en la vida. Sin embargo, he pasado 30 años estudiando la inteligencia emocional, y sé qué algunos días son distintos a los otros. Nuestro sistema emociones es mucho más complicado, depende de mis sueños, qué tan saludable estoy, qué he comido, si he hecho ejercicio, mis relaciones. Es complejo y no creo que le hemos dado la atención suficiente”, sostiene Marc Brackett, director y fundador de este centro.
El poder de la emoción
El YCEI tiene por objetivo utilizar este poder, por lo que desarrollaron el método RULER, un acrónimo para reconocer (recognize), comprender (understand), etiquetar (label), expresar (express) y regular (regulate) las emociones.
Con esto buscan enseñarle a las personas de todas las edades las habilidades de la inteligencia emocional, y con ello lograr un mayor bienestar, tener mejores relaciones, realizar actividades de mejor forma y lograr objetivos.
“Nosotros vemos que todas las emociones son información. La rabia nos está diciendo que ha existido una injusticia, el miedo nos dice que hay peligro, la ansiedad nos dice que hay incertidumbre, y esa es buena información para tener, porque te puede ayudar a comunicarla, tomar mejores decisiones para tu salud, tu bienestar, tus relaciones”, explica el experto, quien apunta que las emociones son importantes para entregar información.
El concepto de inteligencia emocional ha existido por más de 25 años, pero se ha dejado de lado su expresión porque la sociedad las ha tildado como características de “débiles”.
“Vivimos en un mundo que quiere suprimir nuestras emociones. Las emociones, especialmente las no placenteras, como la ansiedad, estrés, miedo, rabia, son vistas como negativas, y también son vistas como emociones que uno no puede controlar, que toman control de tu mente y de tu comportamiento, pero nosotros no lo vemos de esa forma”, sostuvo Brackett.
Aún así, el experto afirma que se está viviendo un cambio en este paradigma, donde se entiende que las emociones son esenciales para comprender el comportamiento humano de forma holística.
Brackett señala que los jóvenes hoy en día tienen una mentalidad distinta, esto generará que futuras generaciones sean más seguras y estén más cómodas al hablar sobre sus emociones. “Mientras más abiertos podamos ser sobre las emociones, más fácil es llevarse mejor con la gente, comunicarse”, agregó.