El Plan Fronteras Protegidas que empezó a regir este lunes 26 de julio abre las puertas para que quienes estén vacunados puedan salir del país, pero tiene una condición: al volver la persona o grupo familiar debe realizar cuarentena durante 10 días.
Ante ese panorama, ¿sirve -por ejemplo- ir de vacaciones al extranjero para luego aislarse? ¿Qué pasa con la “desconexión mental” que se anhela cuando se va a descansar si después hay que estar encerrado?
El cómo afectan los 10 días de cuarentena luego de haber ingresado al país “dependerá del balance decisional que podamos realizar. Si consideramos que el salir fuera del país va a generar un impacto tan importante en nuestro bienestar como para que esos 10 días sean una consecuencia tolerable, evidentemente no nos afectarán en demasía considerando que el beneficio fue mayor, sumado a que ya hemos tenido la experiencia de encierro y es un tiempo determinado”, señaló la psicóloga de la Universidad Tecnológica Metropolitana, Karla Donoso en La Tercera.
“La dinámica nuevamente de encierro podría generar un mayor estrés, ya que durante el viaje se vive la libertad y el descanso mental que emerge del poder realizar un sinfín de actividades sin que exista algo externo que te controle, por lo que los 10 días posteriores podrían sentirse a nivel emocional con más niveles de angustia debido a ello”, agregó Donoso.
Fernando Marchant, psicólogo de Vidaintegra, comentó en el mismo medio que salir de vacaciones tiene ventajas, ya que “el sistema nervioso y mental entra en una condición muy abierta, de descanso y reposo absoluto que beneficia al sistema mental nervioso y conductual. No obstante, tras ese período, volver a un estado de encierro y aislamiento, no es adecuado, ya que es muy inmediato”.
Las personas tienen un sistema nervioso que está adecuado a que “el retorno sea de manera normal, como se hacía siempre, y no en un estado de encierro o de aislamiento como se pretende ahora. Eso generaría irritabilidad, descontento y mucha más tensión de lo ganado”, comentó Marchant.
“En el fondo el cómo nos afecten emocionalmente estos 10 días posteriores de encierro dependerá mucho de la persona, por lo que no siempre se perderá el descanso mental que se consiguió durante las vacaciones, es por ello que es muy importante pensar antes de poder realizar el viaje si estamos dispuestos a poder tolerar la consecuencia de esta salida, de esa forma evitamos que nuestros niveles de ansiedad y angustia se disparen de manera excesiva”, puntualizó Donoso.