Desde antes de la pandemia es sabido que la brecha de género en salud mental es muy dispar entre hombres y mujeres, según la Encuesta Nacional de Salud 2016-2017 (ENS) sintomatologías depresivas afectan a un 10% en el género masculino y un 21,7% en el femenino.
Con la crisis sanitaria, los efectos en salud mental han sido transversales, pero han repercutido más en las mujeres, ya que son quienes más reportan prevalencias de estresores y síntomas vinculados a depresión.
Lo mismo establece el Termómetro de la Salud Mental en Chile, una colaboración de la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) y el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales, donde destacan resultados específicos de género.
Entre los factores estresores se encuentra el miedo a perder el empleo (o que lo pierda alguien del hogar), el cual llega a un 67% en la población femenina, mientras que en los hombres es de 49%.
También se encuentra el ser víctima potencial de la delincuencia, con 66% en las mujeres y un 58% en los hombres.
El estudio realizado en tres rondas con diferencias de meses mostró que la población femenina incrementó su preocupación de la situación económica.
Por otro lado, el estado de soledad fue declarado en un 18% por hombres y un 26% por mujeres y al ser consultados por los problemas de salud mental, ellos los reportan un 28% y ellas 37% (aumentando 7,3 puntos desde noviembre).
Para el cado del insomnio, este se da en un 18% en hombres y 21% en mujeres. Y para el sedentarismo, el estudio indica que está presente en 38% de los hombres y 44% de las mujeres.