Covid-19 y el peligro que esconden los aerosoles
Una mayor capacidad para mantenerse flotando y de viajar distancias un poco más largas serían solo algunas de las principales preocupaciones.
Recién a finales de abril la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció el peligro de los aerosoles en la transmisión de Covid-19, pequeñas gotas emitidas cada vez que una persona habla o siquiera respira.
Estos, a diferencia de las gotículas, pueden quedar flotando en el aire, además se expone la propagación a corto y a largo alcance:
Corto alcance
“La evidencia actual sugiere que el virus se propaga principalmente entre personas que están en contacto cercano entre sí, generalmente dentro de 1 metro. Una persona puede infectarse cuando se inhalan aerosoles o gotitas que contienen el virus o entran en contacto directo con los ojos, la nariz o la boca”, sostiene la OMS.
Largo alcance
“El virus también se puede propagar en ambientes interiores mal ventilados y/o concurridos, donde las personas tienden a pasar períodos de tiempo más largos. Esto se debe a que los aerosoles permanecen suspendidos en el aire o viajan más de 1 metro”.
Los experto comentan que esto dificultaría el rastreo de patrones o ubicaciones en donde las personas se exponen al virus, por lo que cerca de la mitad de los diagnosticados señalan que no saben dónde pueden haberse infectado.
Una de las explicaciones sería la transmisión en espacios “seguros”, destacando estudios que concluyen que el virus es capaz de propagarse en largas distancias, también por las rejillas de ventilación del aire acondicionado, puede estar presente en espacios compartidos e incluso al aire libre.
Expertos manifiestan que vapear y fumar están más cerca de cantar o gritar que de hablar, debido a la distancia que pueden alcanzar las pequeñas gotas exhaladas que pueden tener coronavirus en caso de estar infectado.
Otro de los puntos relevantes expuestos en relación a los aerosoles hace referencia al viento, ya que un análisis a 96 mil casos en una población cercana a 1,5 millones de personas mostró que los días con menos viento (bajo los 8,85 km/h), hubo un 50% más de contagios que en días con más viento (sobre los 8,85 km/h).