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Salud mental en niños: Los signos que debieran preocuparnos

Imagen: MONIKA POT UNSPLASH

Evitar llegar a niveles agudos de estrés sería muy necesario, lo cual se puede lograr a través de rutinas que permitan crear una estabilidad física y emocional.

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28 Abril, 2021

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Los largos periodos de cuarentena han afectado la salud mental de la mayoría de las personas, entre ellos los menores, quienes tienen desventajas para enfrentar este periodo debido a la falta de aprendizaje para comunicarse o por desconocimiento de sus emociones.

“Sabemos que los niños y adolescentes de todas las edades están vivenciado de manera distinta las consecuencias pandémicas y del confinamiento del último año vivido. Pero es indudable que los más pequeños presentan mayor dificultad para gestionar y expresar emociones”, explicó María Ignacia Olate, psicóloga de Clínica Bupa Santiago en BioBioChile.

La experta señaló que se debe estar alerta y tener en cuenta los cambios que se presenten en hábitos alimenticios, del sueño, conducta o de ánimo y se debe consultar a un experto cuando el cambio persista por un periodo de tres semanas.

“En este periodo de incertidumbre es habitual que los niños presenten síntomas tanto conductuales, como afectivos. Ante cualquier cambio presentado que parezca inusual para el desarrollo habitual, es importante tomar atención y consultar a un profesional, ya sea del área de la salud mental o a través de los controles habituales con su pediatra, para que el profesional entregue orientación”, explicó.

Algunos de los más presentes son los cambios conductuales, tales como:

  • Baja tolerancia a la frustración.
  • Cambios de humor repentinos ante estímulos que antes no causaban inquietud.
  • Mayor desajuste conductual a la hora de enfrentar situaciones; niños más sensibles e irritables.
  • Dificultad para adaptarse a los cambios y a esta nueva modalidad.
  • Interferencia en la concentración y la atención, lo que se puede ver reflejado en la pérdida de interés y motivación, y en una baja de su desempeño escolar.

Olate señala que para evitar llegar a niveles agudos de estrés, es necesario mantener rutinas que permitan crear una estabilidad física y emocional, explicar a los menores de manera adecuada la situación que estamos viviendo y bajar los niveles de incertidumbre.

“También resulta clave motivar a los niños a que se conecten con sus emociones, lograr identificarlas, reconocerlas y verbalizarlas. Mantener un juego de calidad, por al menos 40 minutos al día, puede ser de mucha ayuda. Esto quiere decir estar concentrados y entregados a la actividad que se está realizando”, agregó.

 

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