Una de las tantas consecuencias que ha tenido la pandemia, es el sin fin de reuniones por videollamada. Pero, conectarse con compañeros de trabajo , familiares y amigos a través de videollamadas probablemente ya te estén cansando. Y no solo a ti. Así lo afirma Jeremy Bailenson, director fundador del Laboratorio Virtual de Interacción Humana de Stanford (VHIL), quien examinó las consecuencias psicológicas de pasar horas en estas plataformas.
El 2020 se caracterizó, entre otras cosas, por tener un alto crecimiento digital. La pandemia nos impidió juntarnos con nuestros conocidos, por lo que la videollamada era una de las maneras de hacer vida social. Con esto, se fueron identificando nuevos fenómenos como la “fatiga de zoom”.
Zoom es una aplicación de videollamadas que pocos conocían antes de la pandemia. Luego del coronavirus esta plataforma creció de manera exponencial debido a que se convirtió en una alternativa para las reuniones laborales y sociales.
Las razones de la fatiga
1. Los expertos afirman que hay cuatro razones responsables. La primera es la cantidad excesiva de contacto visual. En una reunión normal las personas toman notas o miran a computador, pero ahora todos miran a todos durante la reunión.
Bailenson afirmó que “la ansiedad social de hablar en público es una de las mayores fobias que existe en nuestra población”. La solución es quitar la pantalla completa de Zoom y minimizar el tamaño de la ventana. También, ocupar un teclado externo para separar el espacio de uno mismo y la cuadrícula.
2. Otro aspecto, es verse a si mismo durante las videollamadas. Los investigadores afirmaron que es como andar con un espejo constantemente, lo que provoca que uno sea más crítico consigo mismo. Por eso recomiendan ocultar la vista propia, luego de ver que estas enmarcado correctamente.
3. Por otro lado, la reducción drástica de nuestra movilidad habitual. Las conversaciones por teléfono o por audio permite que las personas puedan caminar al mismo tiempo. Sin embargo, en una video conferencia tienes que estar en un lugar fijo.
Para eso el director recomendó poner una cámara externa para que las personas tengan más distancia y flexibilidad para moverse. También, apagar el video periódicamente para darse un breve descanso no verbal.
4. Por último, los expertos afirmaron que la carga cognitiva es mayor. Bailenson señaló que la interacción no verbal en persona es muy natural. Sin embargo, en videollamada hay que trabajar más para enviar y recibir señales. Por eso, recomendó que en reuniones muy largas apagar la cámara y activar solo el audio.