Mientras la mayor parte de Europa (y el mundo) confinó a su población a medida que aumentaron los casos de Covid-19, Suecia optó por otro camino, al mantener el comercio abierto y no imponer a las personas el uso obligatorio de mascarilla.
La estrategia llamó la atención por el tratamiento que el gobierno de ese país le dio a la pandemia, el que luego surgió como una de las naciones con mayor cantidad de muertos per cápita en comparación a sus vecinos nórdicos.
Con el inicio de una “segunda ola” en países como Francia y España, Suecia —de 10 millones de habitantes— registra una de las cifras más bajas de contagios por coronavirus.
“Debemos reconocer que Suecia, en este momento, ha evitado el aumento que se ha visto en algunos de los otros países en la Europa occidental”, manifesó la semana pasada la responsable de urgencias de la OMS en Europa, Catherine Smallwood y recogido en Infobae. “Creo que se pueden aprender lecciones de eso. Estaremos muy atentos a trabajar y saber más de la estrategia sueca”.
Según los datos entregados por Johns Hopkins, en Suecia se han registrado 89.436 casos de Covid-19 y 5.870 muertos hasta septiembre, aunque todo parece aludir a que están en una etapa diferente de la pandemia, ya que a mediados de abril —mientras esta cifra caía en Europa—, los suecos registraban más de 100 fallecimientos diarios.
Suecia y su modelo flexible
La estrategia de esta nación contempla que se generen nuevos brotes localizados, pero en lugar de combatirlos con normas estrictas, las autoridades tienen previsto combatirlo con pruebas diagnósticas, trazabilidad y aislamiento.
“Es muy importante que tengamos una respuesta rápida y local para atacar el virus sin poner restricciones para todo el país”, indicó la semana pasada la ministra de Salud, Lena Hallengren.
Si bien las aglomeraciones se limitaron a 50 personas y se prohibió congregarse en bares, la mayoría de los cambios incluyen acciones voluntarias de los ciudadanos.
Esto se atribuye al modelo de gobernanza en Suecia, el cual es constituido por autoridades públicas formadas por expertos, es decir, la gente confía en que los expertos y científicos elaboren medidas razonables y el gobierno confía en que la gente los siga.
A los habitantes de Suecia se les pidió realizar teletrabajo cuando pudieran y mantener una distancia social, quienes obedecieron por voluntad propia.