En la segunda noche de la Convención Republicana, destacó el discurso de Melania Trump, el que estuvo marcado por un enfoque positivo, sin ataques al contendor Joe Biden.
Entre lo que comunicó, se refirió a la crisis sanitaria que vive el país nortemaericano, tanto a quienes han ayudado a combatir la pandemia como a los que han perdido familiares o amigos.
“Mi más sinceras condolencias a todos los que han perdido a seres queridos. Muchos están ansiosos y algunos sienten que no tienen ayuda. La administración de mi esposo no dejará de luchar hasta que haya un tratamiento para todos”.
Asimismo extendió su gratitud a los profesionales de la salud, trabajadores y maestros “que están en la primera linea y han estado presentes en este momento difícil”.
La primera dama también se refirió a su experiencia como migrante en Estados Unidos, país al que llegó cuando tenía 26 años.
“Vivir y trabajar en la tierra de las oportunidades era mi sueño (…) como inmigrante y mujer estadounidense puedo entender el privilegio que significa vivir aquí”, recalcó.
Para defender el gobierno de su esposo, sostuvo que él no es un político tradicional, pero manifestó que el futuro de EE.UU siempre ha sido importante para Donald Trump.
Por otro lado, también se refirió al descontento social provocado por el racismo y los asesinatos de George Floyd y más recientemente Jacob Blake.
“Somos una sola comunidad que comprende muchas razas y religiones, tengo mucho que aprender de cada una de ella. Llamo a los ciudadanos para que se tomen un momento y miren las cosas desde todas las perspectivas. Le pido a todos que nos unamos de una forma civilizada para que así podamos alcanzar los ideales estadounidenses”, agregó
“Trump reconoce distintos puntos de vista y alienta a pensar más allá del sentido común. Sería un honor poder servir a este país por otros cuatro años”, comentó la primera dama, a lo que agregó: “No quiero utilizar este precioso tiempo atacando al bando opositor, eso solo sirve para dividir a nuestro país mucho más”.