Cada agosto se puede apreciar la lluvia de Perseidas, estrellas fugaces que entran a la atmósfera de la Tierra.
Si bien es posible detectarlas desde fines de julio, es durante este mes que toma una mayor actividad.
Este evento astronómico sucede cuando nuestro planeta atraviesa una nube de escombros cósmicos que dejó el paso del cometa Swift-Tuttle en los 90.
Estos desechos están compuestos de hielo, polvo y trozos de roca del tamaño de un grano de arroz, los que entran a la atmósfera de la Tierra. Un observador poco atento podría detectar hasta 100 estrellas fugaces por hora.