“Estoy seguro de que el confinamiento pudo haber salvado vidas en el corto plazo, pero el daño económico costará vidas”, sostuvo Michael Levitt, ganador del Premio Nobel de Química en 2013 y agregó que “el confinamiento estricto es el peligroso”.
Según investigaciones, la cuarentena ha evitado miles de muertes alrededor del mundo, pero el médico dice que se deberían haber balanceado las medidas.
“Obviamente no hay muerte que sea buena, cada muerte es una tragedia terrible para la familia, pero 400 muertes por millón de personas es muy típico de lo que una mala temporada de gripe provoca”, señaló.
En la entrevista recogida por BBC, el novel sostuvo que no quiere ser irrespetuoso con las personas fallecidas por coronavirus, comentó que el confinamiento “es una medida medieval” y existen otras alternativas eficaces para evitarlo, como el distanciamiento físico, el lavado de manos constante y el uso de mascarillas.
Levitt obtuvo el reconocimiento junto a Martin Karplus y Arieh Warshel por desarrollar los programas computacionales de gran alcance que se utilizan para entender y predecir complejos procesos químicos.
Situación en Sudamérica
El investigador recopiló datos sobre cómo avanzaba el Covid-19 y lo comparó con el coronavirus de 2002: “Vi muy rápidamente, quizás en mi primer reporte del 2 de febrero, que de hecho el virus se estaba desacelerando”.
“Todos los días, estoy viendo lugares como Chile, Perú, Brasil. Quizás dos veces al día. Solo para ver una señal de que (el avance del virus) se está desacelerando”, manifestó.
A través de modelos matemáticos y métodos informáticos para analizar curvas de contagios, advierte que no hay certeza. “La conclusión es que aún es muy pronto para saber (qué pasará en Sudamérica). Es difícil saberlo”, pero ha observado que pasan entre “tres a cuatro semanas hasta que el virus empieza a desacelerarse”.