El uso de mascarillas, principalmente la N95, es una medida eficaz para reducir el riesgo de contagio de Covid-19, más aún si se complementa con la protección facial y distanciamiento físico.
Esta información fue entregada por un estudio publicado en la revista científica The Lancet, el cual fue realizado por la Universidad McMaster en Canadá y financiado por la Organización Mundial de la Salud.
“La transmisión de virus se redujo con un distanciamiento físico de un metro o superior, comparado con una distancia de menos de un metro, además la seguridad aumenta con el uso de mascarilla y cubre ojos”, sostiene el documento.
Los investigadores concluyeron que el riesgo de contagio es solo de 2%, teniendo en cuenta las protecciones anteriores.
La importancia de la carga viral
El Covid-19 , al igual que otros virus con los que la sociedad tiene que convivir, como el SARS, tienen una dosis de infección de solo unos pocos cientos de partículas, a diferencia del MERS, que necesita una exposición a miles de partículas.
Angela Rasmussen, viróloga de la Universidad de Columbia en Nueva York, comentó en The New York Times que “los pacientes con coronavirus son más infecciosos dos o tres días antes de que comiencen los síntomas y menos después de que la enfermedad los impacta”.
Por otro lado, también existen quienes tienen facilidad para transmitir el virus, conocidos como superpropagadores, aunque no se tiene certeza si es algo biológico o se debe a su comportamiento.
Del lado del receptor, se ha estudiado que influye la forma de las fosas nasales, la cantidad de vello nasal y el moco presente, además de ciertos receptores en las vías respiratorias que pueden influir en la cantidad de virus que ingresa al organismo.
La importancia de ventilar los lugares
Investigadores holandeses utilizaron un spray que simulaba gotículas de saliva dentro de un lugar y descubrieron que con solo abrir una puerta o ventana podrían ayudar a desvanecerse.
Las observaciones que se realizaron en hospitales de Wuhan, China determinaron lo mismo. Se encontraron más partículas en los baños sin ventilación que en habitaciones de pacientes bien ventiladas o espacios públicos llenos de gente.
