En 1990, las parejas optaban por el matrimonio cuando terminaban sus estudios, cerca de 100 mil personas se casaban por año. Hoy en día, la mayoría elige la convivencia.
Desde 1995, los matrimonios empezaron a disminuir, ese año se registraron 88.303. Diez años más tarde hubo sólo 67.397 uniones, ésta cifra se mantiene similar hasta hoy.
La mayor baja se registró en los jóvenes entre 15 y 30 años, en 1990 el 27,4% de ellos habían contraído matrimonio. En cambio, el capitulo “Jóvenes” de la encuesta Casen 2015, reveló que en 2015 sólo el 4,9% estaba casado. Esto significó una baja de 22,5 puntos en los últimos 25 años.
Por otro lado, en las personas mayores de 30 años también se apreció una caída. En 1990 la cifra era de 67,8%, en cambio en 2015 fue un 47,3%.
La académica de Sociología de la U. Diego Portales, Florencia Herrera, señaló a La Tercera que el declive del matrimonio no tiene que ver con que las relaciones sean menos importantes, sino que “el matrimonio se ajusta menos a lo que se espera de las relaciones de pareja”.
Cambios en la familia
Hoy en día existe diversidad familiar, no sólo el prototipo : mamá, papá e hijos. Las familias compuestas por jefes de hogar casados disminuyeron de 68,8% a 46,5% en los últimos 25 años.
En cambio, las parejas convivientes aumentaron de 6,3% a 15%. Sumado a esto, las parejas separadas, divorciados, anulados o viudos pasaron del 18,2% al 23,3%; y los solteros del 6,7% a un 15,2%
Catalina Arteaga, coordinadora del Doctorado en Ciencias Sociales de la U. de Chile, comentó a La Tercera que “el alza de la convivencia se da en distintos grupos de edad y clases sociales, cuestión que antes estaba restringida a los más jóvenes de clase alta”.
Florencia Herrera, académica de Sociología de la U. Diego Portales, explicó al mismo medio que “hoy las relaciones de pareja tienen una relevancia mayor, se les exige un nivel de satisfacción mayor y continuo, y eso hace estar consciente de que pueden no durar para siempre. La visión de lo romántico pasa menos por la legalización y el matrimonio se ajusta menos a lo que se espera de las relaciones de pareja”.
Jóvenes por más tiempo
Arteaga agregó que en los jóvenes hay una presión social por el éxito laboral y económico, por lo que sienten que estos objetivos deben ser alcanzados antes del matrimonio.
La presión por tener un trabajo estable con un sueldo decente “desincentiva la formación de pareja como proyecto central a edades tempranas y, por tanto, se va retrasando el momento en que se toma esa decisión” dijo la experta.
Por esto, las personas se están casando mayores. En 1990 el promedio de edad para casarse era de 24 años para las mujeres y 27 años los hombres. Actualmente, alcanza los 36 años para los hombres y 33 en las mujeres, de acuerdo con cifras entregadas por Estadísticas Vitales del INE.
Además, el concepto de juventud se ha ampliado y se considera hasta los 35 años. Eso, porque se da un proceso de asentamiento del adulto joven más largo, comentó María Elisa Molina, directora de la Unidad de Investigación en Terapia de Pareja de la Facultad de Psicología de la U. del Desarrollo, a La Tercera.
“Hay un cambio en las proyecciones de vida de los jóvenes, con una mayor valoración del presente, de lo inmediato, y una mayor conciencia de la incertidumbre del futuro. No se valora hacer planes a largo plazo. Tampoco permanecen largos tiempos en los trabajos. Eso implica un cambio en la perspectiva temporal en que se vive, entonces el matrimonio como una opción de toda la vida está siendo cuestionado y perdiendo valor”, explicó Molina.
Foto de EFE.