Un nuevo fenómeno se tomó Twitter. Los usuarios descubrieron una forma rápida y efectiva para incrementar el tráfico a su cuenta: convertirse en la primera respuesta a los tweets de Donald Trump.
El ganador de esta competencia consigue, en pocas horas, cientos de seguidores, millones de respuestas, reacciones y retuits.
Actualmente, la primera respuesta al magnate se ha convertido en el bien raíz más importante de las redes sociales.
En la carrera participan tanto adherentes como activistas opositores a los proyectos del presidente. Además de científicos, políticos, celebridades, admiradores, trolls, lo que se te ocurra. Todos quieren un pedazo de Trump.
A menor tiempo de respuesta mayor es la posibilidad que el magnate lo vea. Si el presidente responde, ese twittero se convierte, por un breve periodo, en una pequeña celebridad. Además, de llevarse el premio gordo de miles de nuevos followers.
Incluso, aunque el republicano no responda, existe la posibilidad de que el tuit de respuesta aparezca en los medios de comunicación masiva y en miles de artículos de internet acoplado a la publicación original de Trump, lo que le da aún más visibilidad al usuario.
En enero, Mike Elgan, un escritor de tecnología, le contestó un tuit en menos de diez segundos. La respuesta de Elgan obtuvo 800 mil impresiones y 24 mil interacciones en pocas horas. En un día, la cuenta del escritor capturó a 300 nuevos seguidores.
Según Buzzfeed, esto comprueba que el nuevo sistema es una de las formas más confiables de aumentar de forma drástica el tráfico de influencias en las cuentas de los usuarios. Es la más extraña, pero efectiva forma de crecimiento en Twitter.