Chile en bicicleta: Lo bueno, lo malo y lo que falta
Expertos aseguran que en Chile ha habido un masivo aumento de ciclistas, sin embargo su crecimiento no va acompañado de suficientes ciclovías. Pese a todo ya existen algunos avances. Especialistas proponen extender el proyecto de Mapocho Pedaleable.
Las largas esperas en los tacos, la conciencia por la contaminación ambiental, o simplemente aprovechar la bicicleta como forma de hacer deporte y de ahorrar dinero, son los motivos por los que la población de ciclistas en el país y sobre todo, en Santiago, ha crecido de forma descomunal en los últimos años.
Claro que este crecimiento no ha sido a la par con las ciclovías. Y así lo explica Henry Herrera de la organización Bicicultura:
“A diferencia de la mayor parte de los países del mundo, en Chile el aumento del uso de la bicicleta como modo de transporte ha ido por delante de la construcción de pistas para ciclistas (…) Andamos esencialmente por la calzada, por lo que el diseño y levantamiento de ciclovías han ido siguiendo el trazado que los propios ciclistas dibujan al circular por la ciudad. Ahí donde estos se hacen ya muy visibles es que las autoridades reaccionan generando infraestructura”.
En Chile, dos tercios de los ciudadanos se mueven en transporte público, a pie o en bicicleta. Sin embargo, el grueso de la inversión de las municipalidades continúa destinándose a la función del automóvil en desmedro de los otras formas de movilización más eficientes y equitativos. Esta información ya había sido entregada en 2015 por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, pero aún no se detectan grandes cambios.
A pesar que desde 2014 se proyectaron 190 km de nuevas ciclovías, muchas no siguen el manual de recomendaciones del Minvu, por lo que se construyen de forma deficiente.
“Lo que pasa es que no es obligatorio, son recomendaciones, entonces hay muchos ministerios, por ejemplo el MOP y el Ministerio de Transportes, que ya han hecho nuevas ciclovías que no cumplen el manual. El movimiento ciclista decidió demandar al Estado porque las autoridades en forma negligente siguen aprobándolas y están fuera de norma”, dijo a La Tercera, Arturo Torres, arquitecto, profesor de la UDP, coordinador del 5° Foro Mundial de la Bicicleta
Lo que falta
Para el experto lo primero que se necesita para llegar a acuerdos con las autoridades es producir un cambio mental y cultural.
“Ha sido bien difícil porque pasa por un cambio cultural. Principalmente considerar que los modos no motorizados, peatones, ciclistas y otros que son más híbridos, tienen derecho a desplazarse y eso, conceptualmente, mentalmente, es difícil de entender”, dice Torres.
En Santiago el 48% de los viajes son a pie o en bicicleta, pero, la inversión del Gobierno ha sido nula en esta área. No tiene ninguna política respecto a los viajes no motorizados, ni infraestructura para que otros medios de transporte se movilicen.
Lo Bueno
Sin embargo. el arquitecto asegura que de a poco se han visto avances. “Proyectos como Mapocho Pedaleable, Elqui Pedaleable, y los 190 km prometidos: 20 km en Antofagasta, 18 en Valparaíso, 35 en La Araucanía, 20 en Los Lagos, por citar algunos, mejorarán las redes de transporte en 32 ciudades del territorio, es de esperar que con los ‘altos estándares’ como se pensaron”, dice aunque reconoce que está lejos de ser suficiente.
Extender Mapocho Pedaleable
Con respecto a Mapocho Pedaleable, cuyo proyecto de financiación que crea una ruta para peatones y ciclistas fue aprobado, ya han surgido voces de especialistas que quieren extender esta iniciativa hacia otros punto hídricos.
“El proyecto abre la puerta para que se extienda con una red de más de 200 kilómetros por los cinco ejes hídricos de la ciudad”, explicó Hernán Selva, experto en transporte sustentable de la Universidad Mayor.
Como el canal San Carlos, el eje de Las Perdices, el Zanjón de la Aguada y el río Maipo.
Otras voces apuntan a que el proyecto va mucho más allá de una ciclovía. La vocera de “Muévete”, Daniela Suau aseguró que “lo importante aquí es que al Mapocho se le devuelve su rol de importancia, que ya no es una alcantarilla, es un patrimonio nacional”.
Los detractores de la iniciativa temen que la inversión será demasiado alta y que podrían incrementar los problemas de delincuencia en la zona.
Arturo Torres descartó estas críticas asegurando que el proyecto contempla que el río sea cerrado durante la noche y constantemente iluminado.
“En cuanto al dinero debo aclarar que esto no es sólo una ciclovía, lo que se está implementando es una recuperación del espacio público (…) el río va a ser un parque, las personas van a poder bajar, caminar, comerse un helado, tomarse un café”, dice el experto enfatizando el nuevo rol que tendría la zona.
Vía: MásDeco