Tal y como lo plantean los científicos de la Universidad del Suroeste de Ciencia y Tecnología (Sichuan, China), el mundo se podría dividir entre las personas que son hijos únicos y las que tienen hermanos.
Ante los pocos, o casi nulos, estudios que existen en la materia, este grupo de científicos investigó a 303 estudiantes voluntarios, de los cuales 126 eran hijos únicos y 177 tenían hermanos. Y lograron demostrar que sí existen diferencias en los cerebros de las personas que crecen solas o de las que crecen con hermanos.
A cada uno se le escaneó el cerebro con un método que permite ver el volumen de la materia gris y ver cómo esta reaccionaba a distintos estímulos indicados a diferentes funciones del cerebro, como las cognitivas, además de activar ciertos rasgos de personalidad.
Las conclusiones del estudio dicen que los hijos únicos tienden a ser más creativos, pero al mismo tiempo tienen falencias en ámbitos de inteligencia social como el ser amables y agradables. A diferencia de lo que pasaba en las personas con hermanos, que aunque tenían menos materia gris en el lóbulo parietal, encargado de la imaginación y creatividad, tenían un mayor porcentaje de esta materia en la corteza prefrontal medial, la zona del cerebro que se encarga de las relaciones sociales.
Como explicó el científico Junyi Yang, se pudo llegar a las conclusiones gracias a los cambios que tuvieron los cerebros frente a los distintos estímulos, y afirmó: “Estos resultados pueden sugerir que el ambiente familiar puede desempeñar un papel importante en el desarrollo de la estructura de la conducta y el cerebro de los individuos”