Un sector de los evangélicos acusa maltrato de las autoridades pidiendo “basta de insultarnos y decirnos que somos unos canutos fanáticos” ¿Se justifica que declaren el “enfriamiento” de las relaciones con el Gobierno?
Las posturas están enfrentadas.
Los dichos y las posturas tras el Te Deum evangélico no se han calmado. Al interior de la Iglesia evangélica se han dado dos visiones. Por un lado está el obispo Emiliano Soto, parte de la Mesa Ampliada de Iglesias Evangélicas, que anunció una carta de desagravio a la presidenta Michelle Bachelet después de los gritos que le hicieron en el Te Deum, donde, entre otras cosas, la tildaron de “asesina”.
En Noticias en Duna, el obispo dijo “la opinión pública se debe quedar con que hay una facción de los evangélicos que tomaron una decisión, que es válida, pero nosotros no estamos manifestando ningún quiebre con el gobierno no estamos enfriando ninguna relación”.
Pero por otro lado, una parte de los evangélicos reunidos en el Concilio Nacional de Iglesias Evangélicas, sí acusa maltrato por parte de las autoridades y manifiestan no haber faltado el respeto a la presidenta.
Como declaró Cristián Nieto, director de comunicaciones de la agrupación, “hoy día nos enfrentamos a un enfriamiento en las relaciones con el Gobierno, porque se ha faltado a la verdad, porque en este templo no se insultó a la Presidenta (de parte de) los líderes que estaban en el altar (…) Estamos en un enfriamiento que no buscamos, que no queremos, pero nos han acorralado”.
Como recoge Emol, Nieto dijo además que las disculpas que pedirá Soto, no los representa y agregó “aquí lo que no le gustó al Gobierno fue que hubo un candidato que recibió aplausos (Sebastian Piñera) y una Presidenta que no los recibió”.
Por último, Nieto concluyó:
“Nos quieren hacer parecer como intolerantes, agresivos y talibanes cristianos, que no lo somos (…) Basta ya de seguir insultándonos, basta ya de tratarnos de mentirosos, basta ya de decirnos que somos unos canutos fanáticos”.