Duna
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Frente a la falta de sueño, muchas personas ven las siestas como una buena alternativa para esto, pero, ¿es realmente positivo?
Enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2, depresión, obesidad y deficiencias en el aprendizaje se relacionan con un sueño insuficiente.
Dentro de los motivos de esta tendencia se encuentran los ronquidos fuertes que impiden tener un buen sueño.
Algunas de las consecuencias del mal sueño se evidencian en el estado de ánimo, la caída de atención, irritabilidad y descontrol de impulsos.
En la Universidad Estatal de Michigan realizaron una investigación para estudiar los efectos de la cafeína y siestas pequeñas en las tareas diarias de las personas con falta de sueño.
El dormir de esta forma podría generar que la lengua y la mandíbula se caigan, incluso que las vías respiratorias se obstruyan, afirman los especialistas.
Cuando dormimos poco vamos acumulando un cansancio progresivo que en algún momento se empieza a ver reflejado en nuestra salud o comportamiento.
Los noctámbulos, en lugar de quemar grasa como combustible, usaban carbohidratos para obtener energía, lo que podría contribuir al desarrollo de otras enfermedades.
La siesta puede ser especialmente efectiva si se tienen en cuenta algunos conocimientos científicos.
