Duna
Sonidos de tu Mundo
el venerado líder de Radiohead, Thom Yorke le dice al Papá Noel: “Desde la última vez que te escribí, cuando tenía 9, he tratado de portarme bien, pero algunas veces he fallado espectacularmente”.
A las celebridades que escribieron en el año 2015 cartas al Viejo Pascuero se sumó el fantástico líder de Pulp, Jarvis Cocker, quien se tomó muy en serio lo de elaborar una lista de encargos para el hombre del Polo Norte.
“Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te escribí. Lo que pasó fue que sólo creí en ti hasta los 6 años, y cuando descubrí que eras la figura central entre la colusión de mis papás con los fabricantes de juguetes, me decepcioné de ti y ya no tenía sentido escribirte”.
En el año 95, el fantástico Johnny Cash le escribe a su gran amor, June Carter un saludo de cumpleaños. Años después, la misiva fue elegida como la más linda carta de amor en una encuesta promovida por una compañía de seguros para San Valentín.
Victoria Ocampo, la escritora argentina y fundadora de Sur, conoce a uno de los intelectuales franceses más talentosos y prestigiosos de la preguerra, Roger Caillois. Ella era mucho mayor pero tan increíblemente hermosa que seguía seduciendo a quien se cruzaba por su camino.
John Kennedy, pesa a parecer la encarnación del cuento de hadas junto a la familia que formó con Jackie, las historias de sus amoríos eran numerosas y estelares. No sólo Marilyn Monroe, hubo una amante a quien le escribió poco antes de su muerte.
Cuando Juan Rulfo conoce a Clara Aparicio en Guadalajara tiene él 24 años y ella, apenas 13. Y como Dante, deberá seguirla aquí y allá para no perder su rastro hasta que finalmente en 1941, le habla para confesarle su propósito: iniciar un noviazgo.
Pyotr Ilyich Tchaikovsky escribe una carta desolada que evidencia un estado sombrío y melancólico por el que solía transitar.
Emily Dickinson insiste en sus preguntas y en buscar consejo en Thomas Higginson, un intercambio epistolar que había empezado en 1862 cuando ella publicó 4 de los únicos 6 poemas suyos que vieron la luz mientras estuvo viva.
Zelda Sayre ha caído rendida frente al apuesto y escrupuloso teniente Francis Scott Fitzgerald, ese muchacho “hermoso como un poema de Byron”.
