Duna
Sonidos de tu Mundo
En 1943, a los 43 años regresó a Europa para unirse a otros pilotos franceses libres que luchaban contra los nazis. Su último vuelo fue el 31 de julio de 1944 cuando despegó de una base en Córcega, una isla del sur de Francia, en un avión de reconocimiento, del cuál nunca regreso.
“No hay más Principito, hoy día ni jamás (…) Estoy resentido con usted por estropearlo, no habrá mar cartas, teléfono, ni señal”, escribió Antoine de Saint-Exupéry y a los dos meses desapareció cuando pilotaba un avión sobre Francia.
Fabio Costa comenta su variante literaria para esta semana. Y Francisco Aravena entrevista a Fernando Moya, productor de Artes Visuales de la Corporación Cultural de Las Condes.
“Estoy seguro de que si logro contribuir a su felicidad, ella contribuirá a la mía” escribe el poeta británico dudando de sí mismo.
“En cualquier momento podrías haberme reclamado pero no lo hiciste (…) creo que fue así por una mezcla de orgullo y sabiduría por tu parte”, le dice Vita a Harold Nicolson.
El hecho de que ambos estuvieran casados no fue impedimento para que el autor de “La Metamorfosis”, que en ese entonces padecía tuberculosis, se enamorara de la feminista y morfinómana Milena Jesenská, con quien tuvo pocos encuentros pero una infinidad de cartas.
El exministro de Cultura comenta los principales puntos de su nuevo libro “El joven Karl Marx y la utopía comunista” en conversación con Héctor Soto y Arturo Fontaine.
Fabio Costa nos recomienda sus libros favoritos para esta semana. Y Polo Ramírez entrevista a Ignacia Vargas, directora de Lo Matta Cultural, a propósito de la muestra titulada “Del futuro al pasado: 200 años del Museo del Prado, artistas españoles contemporáneos”, que se presentará hasta el 4 de agosto en la Corporación Cultural de Vitacura.
“Escúcheme: necesito de usted una carta sin las hipocresías que le pre escribí para otra. Si no llegara pronto, quién sabe qué cosas se me incubarán aquí dentro”, le dice Mistral al periodista.
El gran escritor mexicano tuvo que esperar tres años hasta hacer oficial el noviazgo con la joven Clara que lo tenía totalmente obsesionado, y no dejó de escribirle hasta su muerte. Ella, ya viuda, publicó un libro con las preciosas cartas que recibió durante toda su vida, llamado “Aire de las colinas”.
