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Por su parte, el presidente de Israel, Isaac Herzog, expresó sus lamentos frente a la devolución de los cuerpos de los rehenes fallecidos.
Para esto, fueron claves los grupos mediadores de Egipto y Qatar, quienes lograron matizar la reacción inicial de Hamás, para que finalmente entregaran a un grupo de personas israelitas que detuvieron hace más de un año.
Según Hamás, el retraso en la fecha de retorno de gazatíes al norte del enclave, los recientes ataques israelíes que provocaron una treintena de víctimas fatales y restricciones en la entrada de suministros humanitarios para los civiles, fueron motivos para detener la entrega de rehenes.
Pese a ello, el grupo terrorista insistió en que “reafirmamos nuestro compromiso con el acuerdo siempre que la ocupación lo respete”.
El Movimiento de Resistencia Islámica aseguró que “Gaza no es una propiedad que se pueda comprar y vender, es una parte integral de nuestra tierra palestina ocupada”.
Por su parte, Netanyahu expresó que “Israel pondrá fin a la guerra ganándola. La victoria de Israel será la victoria de Estados Unidos. No solo ganaremos la guerra trabajando juntos, sino que ganaremos la paz con su liderazgo, señor presidente”.
“Casi todo está demolido y la gente está muriendo allí. Así que preferiría involucrarme con algunas de las naciones árabes y construir viviendas en una ubicación diferente, donde quizás puedan vivir en paz alguna vez”, mencionó el mandatario.
De acuerdo a Unión Europea, las Naciones Unidas y el Banco Mundial, la reconstrucción de Palestina podría tener un costo de 17.900 millones de euros.
Esta liberación de rehenes por parte de Israel y Hamás, es el inicio de seis semanas de intercambio de presos que incluye un total de 33 rehenes israelíes y más de 1.900 presos palestinos.
Como informaron desde la oficina del primer ministro, Netanyahu “ha ordenado al Coordinador para los Rehenes y Desaparecidos que coordine los preparativos para recibir a los rehenes a su regreso a Israel”.
