Adolf Hitler y Eva Braun: La bestia y la rubia
Al Fuhrer lo veían acompañado de ella pero nadie sabía si era su prima, su secretaria o su mujer y él sembró la duda todo lo que pudo. Hilter desaparecía durante semanas. Ella lloraba desconsolada y aprovechaba de fumar y bailar, aficiones de la Braun que Adolph le tenía prohibidas.