Duna
Sonidos de tu Mundo
1759 – Tres años antes, el escritor y filósofo francés Denis Diderot, conoce a una mujer de 40, Sophie Volland, es 3 años mayor que él, lleva anteojos, es erudita y causa fascinación en el ícono intelectual. En una de sus cartas, Diderot le dice. Un espacio de Bárbara Espejo.
1966 – Es el año en que Truman Capote publica “A Sangre Fría” y cambia el periodismo escrito para siempre. Para conocer los detalles de la atrocidad, durante todos esos años, Capote tuvo largas conversaciones con los criminales. Y para que las conversaciones valieran la pena, el escritor norteamericano debía ganarse la confianza de los culpables. En esa búsqueda, Capote también les escribía cartas como esta. Un espacio de Bárbara Espejo.
1950 – El 26 de agosto el escritor de los anteojitos redondos y la nariz alargada pide una pieza en el hotel Albergo Roma de Turín. Le entregan la llave de la habitación 346. Había pedido que tuviera teléfono y tenía. Sin embargo, tras desaparecer por el pasillo, nunca llamó a la recepción, ni pidió algo. Al dueño del hotel, que era también el conserje, le pareció todo rarísimo y al día siguiente, 27 de agosto, como hoy, pero hace 74 años atrás, fue a tocar la puerta. Tocó fuerte y lo llamó tres veces por su nombre. Nada. Nervioso mandó pedir la llave maestre. Al entrar, estaba oscuro, las cortinas cerradas, el huésped descalzo pero vestido sobre su cama como si estuviera durmiendo, pero no. Sobre la mesita de noche 16 tiras de somníferos, vacías. Él zarandeó y repitió su nombre pero era evidente. César Pavese estaba muerto. Un espacio de Bárbara Espejo.
1888 – Ese año de iluminada efervescencia, nace la extraordinaria autora neozelandesa Katherine Mansfield que, no sólo determinaría el género del relato, también, sería una fascinante escritora epistolar. Se divertía ella enviando cartas y cómo disfrutarían sus afortunados destinatarios. De todas ellas elegimos hoy algunas muy singulares que comienzan advirtiendo que no son lo que parecen. Un espacio de Bárbara Espejo.
1928 – Guapa, irresistible en su astucia, el primer norteamericano en recibir el Nobel de literatura estaba de gira por Europa cuando coincide con ella en una comida, pide que suspendan todo y que se la presenten. Absolutamente deslumbrado, el autor de “Babbitt” le pide que se casen. Un espacio de Bárbara Espejo.
1988 – El cineasta sueco Ingmar Bergman ha cumplido 70 años y como un gesto conclusivo publica sus memorias tituladas “Linterna mágica”. Asegura ahí el director que, mientras se acerca el final, piensa que una de las cosas que cree que más lamentaría es “el hecho de no hacer más películas”. Por su cumpleaños, por sus memorias y por sus reflexiones, otro genio del cine le escribe. Un espacio de Bárbara Espejo.
1937 – Y el poeta y cuentista uruguayo Horacio Quiroga muere en Buenos Aires, antes, en la que fue su última hospitalización, compartió habitación con Vicente Batistessa, enfermo de neurofibromatosis, que había sido recluido en el sótano del hospital, por su aspecto juzgado como monstruoso. El escritor había solicitado la liberación de Batistessa de ese confinamiento. Un espacio de Bárbara Espejo.
1792 – Johann Wolfgang von Goethe descubre las dificultades de la oposición que ha surgido ante sus nuevos principios literarios, enemistades inesperadas, hostilidad en genera que sólo se agrava cuando los círuclos de la corte confirman su romance y la vida juntos de Goethe y la joven Christiane Vulpius que ha tenido un hijo suyo y tiene, por entonces 3 años. A ella, le escribe. Un espacio de Bárbara Espejo.
1941 – la extraordinaria Virginia Woolf siente que no resiste más y se quita la vida. Tras la carta de Virginia anunciándole su decisión, Leonard Woolf, su marido y socio en la imprenta y admirador y fundamento, sigue recibiendo cartas de pésame, de consuelo y de desconsuelo también. Una que combina todo es la de, cómo no, la amante eterna de Virginia, y amiga de los Woolf, Vita Sackville West que, 3 días después del suicidio le dice a Leonard. Un espacio de Bárbara Espejo.
1780 – Benjamin Franklin ha quedado viudo 6 años antes, se ha trasladado a París hace 4 como embajador de su país y resulta que su vecina es Madame Helvetius, la viuda del famoso filósofo enciclopedista. Ella tiene 61 años, Franklin 74, pero todavía se apasiona cuando le parece que vale la pena, se enamora de ella y le declara su amor en una carta. Un espacio de Bárbara Espejo.
