Duna
Sonidos de tu Mundo
1957 – . En medio de la euforia, Kerouac se convence de que el único capaz de interpretar al alter ego de Neal Cassady, representado por Moriarty, era quien había encarnado a Stanley Kowalski en “Un tranvía llamado deseo”, Marlon Brando, y le escribe una carta. En la voz, Bárbara Espejo.
1970 – El año anterior, Mario Puzo publica su novela “El Padrino”, que recorría en 477 páginas las andanzas de una familia de la mafia siciliana en Nueva York, comandada por Vito Corleone. Al libro le fue bien, pero a su adaptación al cine le iría mucho mejor y se convertiría en un clásico. Antes de siquiera sospecharlo, cuando la filmación era ya inminente, el escritor norteamericano decide asegurarse que un gran actor interprete al protagonista de la historia. Su elección recae sobre Marlon Brando y le informa su interés a través de una carta. En la voz, Bárbara Espejo.
1964 – Jean Paul Sartre escribe una carta a la Academia Sueca pidiéndole que no lo incluyeran entre los posibles ganadores y, en el caso de que lo galardonaran, rechazaría el reconocimiento. Lamentablemente, la carta llega demasiado tarde. La decisión se había tomado un mes antes. Aunque hubo quienes lo apoyaron, el autor de “La Náusea” fue criticado por su soberbia, y en un intento de explicar las razones de su decisión, o despejar rumores como que lo había hecho para que Simone de Beauvoir no sintiera celos, publica una carta en Le Figaro, pagada de su bolsillo. En la voz, Bárbara Espejo.
1939 – Por entonces, la segunda guerra se aproxima, se aproxima también la nueva musa y amante de Picasso, la madre de la niña María Therese, está celosa y el autor de “Las señoritas de Avignon”, le escribe desde la culpa, el arrepentimiento o el desespero. En la voz, Bárbara Espejo.
1987- Bette Davis, de quien recordamos hoy 115 años de su nacimiento, publica sus memorias y aprovecha de responder en una carta las revelaciones hechas por su hija B.D. Hyman sobre su problemática relación en el libro que salió a la venta el Día de la Madre de 1985, dos años después del derrame que enfermó gravemente a la Davis. En la voz, Bárbara Espejo.
1946 – Cuenta la historia de un hotel en la ciudad de Casablanca en plena segunda guerra. Los gerentes han sido asesinados, llega un nuevo director y hay una conspiración para encontrar un tesoro nazi. La leyenda dice que los estudios de Warner Brothers montaron en cólera y advirtieron que no podían ocupar ese título porque ellos lo tenían registrado por su clásico cinematográfico de 1942. Dicen también que les advirtieron porque originalmente la nueva película sería una parodia de la antigua y los personajes se llamaban, por ejemplo, Humphrey Bogus. Para defenderse, de una cosa u otra, Groucho mandó a las oficinas de Hollywood una carta socarrona. En la voz, Bárbara Espejo.
1918 – El mundo está a punto de estallar y las cartas que reciben desde el frente, quienes esperan de vuelta a sus soldados es asunto de vida o muerte. Cartas que permanecieron como testimonio de esos días febriles, de tantos protagonistas anónimos como Laurie, quien le envió a su amor, esta carta en que describe el cansancio, el miedo y el alicaído ánimo de quienes estaban en el campo de batalla. En la voz, Bárbara Espejo.
1914 – El monje Grigori Rasputin envía al zar Nicolás un telegrama en que advierte que una catástrofe espera a Rusia si se involucra en la Gran Guerra. En la voz, Bárbara Espejo.
1941- Y mientras tanto, la brillante escritora británica Virgina Woolf siente que su cabeza no resiste más. La que desde niña fue llamada La Cabra por su excentricidad, que sufrió por la depresión y las voces de su cabeza, cree que rendirse es su única salida. A mediados de marzo de 1941 había vuelto a casa empapada y aseguró que de un tropiezo se había caído al río. Algunos días después, el 28 de marzo, amaneció frío y luminoso. Virginia Woolf se levantó para escribir dos cartas, una a su hermana Vanessa y otra a Leonard. A él le decía. En la voz, Bárbara Espejo.
1889- Walt Whitman cumpliría 70 años y varias figuras literarias de la época le envían cartas al escritor norteamericano para sumarse a las celebraciones organizadas en Camden, Nueva Jersey. Entre los autores que escribieron, estaba Mark Twain que aprovechó de aplaudir los avances de la humanidad de los que el también poeta, ensayista y enfermero, había sido testigo. En la voz, Bárbara Espejo.
