Duna
Sonidos de tu Mundo
1812 – La soledad de Beethoven tiene más que ver con el rechazo de sus pretendidas que con un a veces insinuado desinterés en el amor. De hecho una de sus cartas es tan estremecedora que fue incluida por la Biblioteca Pública norteamericana en la selección de las mejores 50 cartas de amor de todos los tiempos. Un espacio de Bárbara Espejo.
La obra clásica que es Patrimonio de la Humanidad desde 2002, no pudo ser escuchada por su genial compositor porque ya se encontraba completamente sordo.
1812- El genio musical, recibe de parte de una muy joven aspirante a pianistas llamada Emilie una libretita bordada a mano tan linda que, el nunca demasiado fácil de conmover Beethoven, se enternece al nivel de que decide escribirle intentando persuadirla para que consiga sus sueños pianísticos, algunos consejos para la vida creativa y, casi sin querer, concibe un manifiesto sobre lo que es ser un artista. Un espacio de Bárbara Espejo.
1802 – Beethoven sufre de una sordera creciente y le escribe una conmovedora carta a sus hermanos que sólo podrían abrir tras su muerte. Un espacio de Bárbara Espejo.
Un equipo internacional de científicos ha estudiado los restos genéticos de cinco mechones de su pelo, hallando incluso información de su descendencia.
1812- El genio musical recibe de parte de una muy joven aspirante a pianistas llamada Emilie una libretita bordada a mano tan linda que, el nunca demasiado fácil de conmover Beethoven, se enternece al nivel de que decide escribirle intentando persuadirla para que consiga sus sueños pianísticos, algunos consejos para la vida creativa y, casi sin querer, concibe un manifiesto sobre lo que es ser un artista. En la voz, Bárbara Espejo.
Habiéndose cumplido recientemente 250 años desde el natalicio de Ludwig van Beethoven, misterios aún rondan su trabajo, el que es reinterpretado por millones de músicos a lo largo del mundo.
Se sabe que el destacado compositor alemán era contemporáneo de Mozart, pero se desconoce si alguna vez ambos llegaron a conocerse.
Se fijaba en mujeres aristócratas y casi siempre altivas, imposibles de alcanzar para él. Muchas veces eran casadas y cuando tenía la fortuna de que no era así, le pedía que fuera su esposa, pero siempre le decían que no.
“Estoy condenado a que no se me entienda bien. Estoy condenado a vivir en soledad, somo si fuese un desterrado”, les escribió uno de los compositores más importantes de la historia de la música.
