De Mozart a su prima Maria Anna
1777 – En Augsburgo se encuentra con María Anna Thelka Mozart, una prima suya con quien traban profunda afinidad y atracción. Las cartas transitan entre el sinsentido y la genialidad. En la voz, Bárbara Espejo.
Duna
/Sonidos de tu Mundo
1777 – En Augsburgo se encuentra con María Anna Thelka Mozart, una prima suya con quien traban profunda afinidad y atracción. Las cartas transitan entre el sinsentido y la genialidad. En la voz, Bárbara Espejo.
1965 – En el Estado vecino, Nueva York, las fiestas a las que todos quieren ir ocurren en el quinto piso del número 231 uno de la calle 47 este. Mick Jagger, Truman Capote, Jim Morrison, Salvador Dalí, el mismo Dylan, los Beat Nicks y los jóvenes Velvet Underground alimentan la leyenda del enfiestado antro del papá del pop, Andy Warhol. Tuvieron paciencia los vecinos desde 1962, pero ya tres años más tarde se quejaron ante la corredora encargada del arriendo que les costaba cien dólares al año. El agente inmobiliario se ve en la obligación de escribirle al platinado anfitrión. En la voz, Bárbara Espejo.
1989- Amy Corcoran le pide ayuda a su papá para escribir una carta. El destinatario es Roald Dahl, el escritor británico, famoso por sus historias infantiles como “El gran gigante bonachón”. Junto a la carta, Amy le envía a Dahl uno de sus sueños: Dentro de una botella vierte aceite, agua coloreada y escarcha brillante. Su papá tomó el sueño, la carta, los envolvió en plástico de burbuja y cinta de embalaje y lo envió a la dirección que consiguió del escritor. Por lo visto, el mensaje conmovió a Dahl quien se decidió a responderle. En la voz, Bárbara Espejo.
1957 – Un año antes, la escritora inglesa Dodie Smith, ha publicado la novela que la haría famosa “101 dálmatas”, y ya en 1957 una copia sobre la obsesión de Cruella De Vil ha llegado a buenas manos en los estudios Disney. Cuando ha firmado el acuerdo para que sea adaptada al cine, le escribe, directamente, al fundador de la compañía. En la voz, Bárbara Espejo.
1961 – Líder de la banda de hardcore punk Black flag, tenía fama de buscapleitos. Sin embargo, su lado más empático quedó demostrado cuando decidió dejar por escrita una convicción en una nota a las bandas que tocarían con él en un festival y que se convirtió, para algunos, en un principio. En la voz, Bárbara Espejo.
1961 – El mundo se entera y entristece de que la estrella monumental de Hollywood, Gary Cooper, está enfermo y a punto de morir . Por esos días, un fanático le ha escrito una carta. Es un tal Kirk Douglas. En la voz, Bárbara Espejo.
1850 – Entre los genios vehementes fue un epistolario en llamas durante los siguientes meses. Sólo 10 cartas de Melville a Hawthorne sobrevivieron. Pero vivían cerca y se veían seguido. La crítica hizo pedazos a Moby Dick. Herman Melville acusó el golpe y se sumió en la oscuridad. Nathaniel lamentó públicamente la estreches de los críticos y que no fueran capaces de ver que ese libro era, hasta ahora, el mejor trabajo de Melville. Sobrecogido por la declaración, el padre de la ballena le escribió a su defensor. En la voz, Bárbara Espejo.
1891 – Es el año también en que Arthur Rimbaud llega de Marsella con una pierna enferma que corre el riesgo de perder. En medio del desespero le escribe a su madre. En la voz, Bárbara Espejo.
1869 – Anne Gilchrist se queda viuda a sus 33 años y sola para criar a los 4, también con una biografía a medio terminar de William Blake. En su intento por publicar el libro inconcluso le pide ayuda a William Rossetti quien por esos días termina de preparar la edición inglesa de “Hojas de Hierba”. Conociendo la sensibilidad de Anne, se lo presta y ella, inmediatamente, queda prendada de Whitman y de su poesía. Le escribe a Rosetti. En la voz, Bárbara Espejo.
1937 – La pionera del aire, Amelia Earhart se pierde en pleno vuelo . A pesar de los esfuerzos, largos y honestos, Amelia nunca apareció. Habían pasado 20 días desde que se había perdido el rastro de la aviadora cuando su marido recibió una carta de una niña de 15 años llamada Alicia Curnutt, admiradora de Amelia que, con su experiencia, intentaba, quizá, aquietar la tristeza de George Putman. En la voz, Bárbara Espejo.