James Honeyman-Scott: el prodigio de los Pretenders
Uno de los silenciosos héroes de la guitarra que definieron el sonido new wave de principios de los ochenta. Junto a Chrissie Hynde, ensambló el estilo melódico e irresistible de los Pretenders.
Duna
Sonidos de tu Mundo
Uno de los silenciosos héroes de la guitarra que definieron el sonido new wave de principios de los ochenta. Junto a Chrissie Hynde, ensambló el estilo melódico e irresistible de los Pretenders.
Compensó su baja autoestima con una creatividad sin límites que tradujo en cientos de canciones entrañables. Antes de convertirse en un intérprete reconocido, escribió para Edith Piaf y soportó un par de décadas de rechazo que lo curtieron como uno de los personajes franceses más emblemáticos del siglo 20.
Se ganó un lugar en el panteón de rock por su papel de fundador y guitarrista de MC5. Su vida personal también se movió en los márgenes del arte y la cultura cuando contrajo matrimonio con la cantante y poeta Patti Smith. Junto a ella armó una familia y también compuso un puñado de canciones que la artista incluiría en su obra. Fred no alcanzó a envejecer junto a Patti y le provocó una de las grandes tristezas de su vida.
Tuvo un aporte esencial en esa mezcla de sonido y texturas que se transformó en la marca registrada de The Doors.
Su talento y su belleza la convirtieron en una de las artistas predilectas de varias generaciones y su activismo permitió financiar una serie de avances médicos en su eterna y dramática lucha contra el cáncer.
Pero su propia creación, el Spencer Davis Group, terminó por dejarlo en un segundo plano cuando le cedió el protagonismo al joven Steve Winwood al frente de la banda.
Coleccionista excéntrico y no muy sociable, el músico murió en su ley y se convirtió en el segundo caído de la banda, tras la precoz muerte de Keith Moon.
De paso, tuvieron que buscar su lugar en el mundo y sobreponerse a los dramas políticos y personales que les tocó vivir durante buena parte de su carrera.
De paso, dejó un puñado de clásicos de la llamada “música cebolla” que están grabados a fuego en la memoria de toda una generación.
Como testigo y protagonista de uno de los periodos más convulsionados de nuestra historia política, Manns vivió el exilio y regresó al país donde vivió sus últimos días esperando el premio Nacional de las Artes que nunca le llegó.