The Go-go’s: Beauty and the beat
Tocando sus propios instrumentos y componiendo su música, el quinteto femenino surgió como una rareza en el mercado y terminó por imponer un estilo visual y musical, ayudado por el nacimiento del canal MTV.
Duna
/Sonidos de tu Mundo
Tocando sus propios instrumentos y componiendo su música, el quinteto femenino surgió como una rareza en el mercado y terminó por imponer un estilo visual y musical, ayudado por el nacimiento del canal MTV.
Después de emigrar a Inglaterra, el trío noruego se anotó un éxito mundial con Take on me, que sonó hasta el cansancio en radio y televisión.
La mezcla de pop y soul de bajas pulsaciones terminaría conquistando el mercado norteamericano e inglés de mediados de los ochenta.
Pero, a diferencia de otros artistas de la escena indie de Nueva York como Patti Smith, Blondie o los Ramones, el grupo del recientemente fallecido Tom Verlaine no logró un reconocimiento comercial y apenas quedaría para la posteridad como una banda de culto.
Con su disco homónimo, se transformó en una sensación a nivel mundial con un estilo híbrido que mezclaba el hip-hop, el dub, el reggae y los ritmos afrolatinos.
Editado el año 2004, los convirtió en una de las bandas claves del nuevo milenio y los validó ante sus pares, además de recibir elogios de David Bowie, uno de sus ídolos.
Con las guitarras inspiradas de Johnny Marr y las letras crípticas de Morrissey, se transformó en uno de los debuts más sólidos de un grupo que apenas sobrevivió cinco años en escena, pero que dejó un legado que sigue resonando después de cuatro décadas.
Como una declaración de independencia y, de paso, convirtió a Paul en uno de los primeros artistas en aplicar procesos de grabación y producción que adelantarían la ética indie.
El grupo norteamericano que estaba llamado a convertirse en la gran sensación de su época, fue ignorado por la gran mayoría, aunque su música terminaría influenciando a los actos más emblemáticos del indie que surgieron después.