Un tranvía llamado deseo

1951. Basado en la obra de Tennessee Williams y bajo la dirección de Elia Kazan, se estrena Un tranvía llamado deseo. Aunque en la pieza original, es Blanche Dubois la que carga con el peso de la tensión dramática, en el filme, el sudoroso y bestial Stanley Kowalski de Marlon Brando, literalmente, se roba la película. Todo comienza cuando Blanche llega a Nueva Orleáns a vivir con su hermana Stella y su marido, Stanley, luego de quedar en la ruina. En el estrecho departamento, el macho resentido hostiga a la agotadora huésped, llena de gestos neuróticos y delirantes de grandeza. Aunque es más teatral que cinematográfica, sólo las interpretaciones bastan para que Un tranvía llamado deseo sea otra película para no perderse.