Casi un año ha pasado desde que el Papa Francisco visitó Chile. Durante los tres días que estuvo el Sumo Pontífice en el país se desató la polémica por su defensa al entonces obispo de Osorno Juan Barros, ante las acusaciones de encubrimiento de abusos sexuales por parte del ex párroco de El Bosque, Fernando Karadima.
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Tras esto, el propio Sumo Pontífice envió a monseñor Charles Scicluna a realizar una investigación sobre las acusaciones contra Barros Tras recibir este informe, el jefe de la Iglesia envió una carta en la que realizó un mea culpa sobre la defensa que hizo del obispo asegurando que “en lo que me toca, reconozco y así quiero que lo transmitan fielmente, que he incurrido en graves equivocaciones de valoración y percepción de la situación, especialmente por falta de información veraz y equilibrada”.
Luego de reunirse con lo religiosos, en mayo pasado, los 34 obispos pusieron sus cargos a disposición ante la cabeza de la Iglesia Católica. De estas dimisiones el Papa ha aceptado solo ha aceptado siete la de los ahora obispos eméritos Juan Barros (Osorno), Cristián Caro (Puerto Montt), Gonzalo Duarte (Valparaíso), Alejandro Goic (Rancagua), Horacio Valenzuela (Talca), Eduardo Pellegrín (Chillán) y Cristián Contreras (San Felipe).
Este lunes, cinco obispos del Consejo Permanente de la Conferencia Episcopal (Cech), entre ellos el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, se reunieron de manera privada con el papa Francisco en el Vaticano.
Dos de los obispos llegaron al Vaticano en medio de la instigación que se está llevando en su contra que son: el presidente de la Conferencia Episcopal, Santiago Silva (quien declaró el 29 de octubre ante tribunales) y el mismo Ezzati (quien declaró el 3 de octubre). Además, fueron acompañados por el vicepresidente René Rebolledo, el obispo de San Bernardo, Juan Ignacio González y el secretario general, Fernando Ramos.
Sobre este encuentro, el obispo Ramos sostuvo que “fue un diálogo muy fraterno, muy fecundo y muy interesante”, señaló el secretario general de la Conferencia Episcopal, obispo Fernando Ramos”.
“Hicimos un repaso, junto con el Papa, de los acontecimientos de importancia en la Iglesia chilena del último año. Fue un diálogo bastante preciso y lúcido, con aportes del Papa muy importantes. Después le expusimos el camino que estamos siguiendo para este año y el próximo de discernimiento eclesial, para concluir el año 2020 con una asamblea eclesial. El Papa nos hizo varias sugerencias bastante interesantes que notan una preocupación y un cariño muy grande por la Iglesia chilena”, señaló el obispo.
En Hablemos en Off, Matías del Río señaló que esta cita “parece que fueron a revisar las renuncias que presentaron e ir a hacer lobby. Da la impresión de que ellos están diciendo que ‘si no se hicieron los cambios en determinados lugares, somos los adecuados para que se nos revalide”.
Por su parte, Nicolás Vergara, señaló que “se ha planteado la inconveniencia de mantener vacante la sede Apostólica de Santiago. Si bien Ezzati es cardenal en plenitud, hay una doble renuncia de su parte “.
Sobre las renuncias, en conversación con La Tercera, Ramos aseveró que “en mi opinión, esto lo hicimos en mayo, y habitualmente en la vida de la Iglesia eso está estipulado por el derecho canónico, una renuncia escrita tiene validez hasta los tres meses de haber sido presentada. Si después de ese tiempo no ha sido aceptada, ya pierde vigor”.
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