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Rodrigo Sandoval: “El problema de la migración es institucional”

El recién renunciado director de Extranjería y Migración fue enfático en su diagnóstico de la situación que está viviendo Chile y dio luces de cómo se podría mejorar, “estamos descansando demasiado en las personas que están en el cargo, más que enfocarnos en políticas de largo plazo”.

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28 Julio, 2017

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Una noticia que removió el contexto de inmigración en Chile, fue la renuncia del director de Extranjería y Migración, Rodrigo Sandoval.

El abogado, entre otras cosas, aclaró que su salida no se debe a un conflicto político y menos algo relacionado con su partido, la DC. También aclaró que sus declaraciones están lejos de ser oportunismo político.

Sandoval fue claro en decir que su salida se debió a a diferentes condicionantes que se unieron para que tomara esta decisión y que incluso van más allá del gobierno. Sandoval dijo que era injusto calificar el gobierno de Michelle Bachelet sólo por si logra mandar el proyecto de migración antes de que termine su mandato o no: “En estos tres años el gobierno ha mostrado un compromiso claro con la migración. Se han realizado medidas alternativas que han apuntado a un cambio de paradigmas con respecto a la migración. Nunca se había hablado desde el gobierno de la migración enfrentando la realidad y no sólo lo que la gente quiere escuchar. Y el coraje, que es una virtud ausente en la política, hay que reconocerlo en un gobierno que ha hecho el ejercicio”. 

Eso sí Sandoval fue enfático en detectar dónde está el problema:

“Hay que repensar el cómo la institucionalidad está permitiendo que el estado se haga cargo de algo que va más allá de los periodos presidenciales y cómo lo incorporamos más allá de la persona de turno en una determinada función. No se alcanza a legislar en materia de pensiones o migración en un periodo de cuatro años porque un gobierno se demora un año en instalarse bien, entonces los gobiernos mandan proyectos cuando ya se están despidiendo y estamos descansando demasiado en las personas que están en el cargo, más que enfocarnos en políticas de largo plazo”.

Además calificó que muchas veces se dan condiciones perversas, “porque un regulador que después de cuatro años va a estar en el mundo privado no va a regular en su contra”.

“La migración llegó para quedarse”

Rodrigo Sandoval dejó claro que estamos viviendo una realidad que sólo irá en aumento. “Es una realidad que existe, que va a ser creciente y que llegó para quedarse y que es necesaria para lo que sea que Chile quiere hacer. Chile tiene una serie de condicionantes demográficos que necesita un país para mantener su productividad, como número de hijos por mujer, y el envejecimiento de la población, además de la dependencia del Estado porque las jubilaciones no son las deseadas. Por ende el ingreso de Chile va a seguir dependiendo de la mano de obra y se necesita que llegue más gente”.

Eso sí, hizo una acotación en la forma en cómo Chile está recibiendo a los extranjeros: “La realidad mundial hace que se requieran perfiles que están llegando del exterior y que no existen acá. Como la visa tech que es una visa que lo que hace es hacerse cargo del défict de 5 mil personas al año en tecnología. Una alternativa es que capacitemos a chilenos y lo otro es reconocer a personas que llegan del exterior, porque tenemos ingenieros informáticos vendiendo papas fritas”.

“En temas de migración, primero define qué quieres, porque si no, nos está pasando lo de ahora. La migración lo ideal es que sea funcional al modelo que tú te des de desarrollo, primero hay que ponerse de acuerdo en lo que quieres hacer y después definir el instrumento y si no va a terminar siendo la migración lo que te diga qué puedes hacer”

En esta línea, Sandoval calificó el problema que está viviendo Chile como uno institucional: “No tenemos una instancia que tenga competencias, atribuciones y responsabilidades. Cuando hay episodios referentes a inmigración, no hay ningún responsable. Nadie sabe cuántos extranjeros hay, qué hacen, cómo inciden. Y la pregunta es quién es responsable, nadie se pone de acuerdo”.

 

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