“Sorpresiva” fue como catalogó Miguel Yaksic, académico y consultor en política migratoria, la decisión del gobierno de Sebastián Piñera para no firmar el Pacto Global de Migración de la Organización de las Naciones Unidas.
El subsecretario de Interior, Rodrigo Ubilla, señaló que este acuerdo “no crea por sí mismo obligaciones, muchas de sus disposiciones sí utilizan un lenguaje vinculante”.
“Deja la puerta abierta para que actores internacionales interfieran en el diseño de la política migratoria nacional”. Agregó que el pacto “impulsa la adaptación de legislación nacional, celebración de acuerdos regionales e implementación de políticas públicas, toda vez que no corresponde someter dichos asuntos al escrutinio internacional”, aseveró Ubilla.
Ante esto, Yaksic comentó sobre esta determinación, “no me lo esperaba, esto lleva dos años, desde la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2016 (…) este texto está disponible en julio de este año, no cambió en los últimos días. La decisión que se adopta es sorprendente y las razones que da el gobierno para hacerlo no parecen consistentes con el contenido del texto”.
El experto aseveró que en este acuerdo “en ninguna parte sale que la migración sea un derecho, sino que cuando la vida de una persona está amenazada gravemente no puede ser devuelta (…) ningún Estado, de los 180 que lo firmarán, firmaría este pacto si le limitara la soberanía“.
Según Yaksic, si Chile hubiese firmado este acuerdo no cambiaría nada para el país y que “lo que hay es un marco de cooperación internacional”.
Entre los 23 puntos del Pacto Migratorio están: minimizar los factores adversos y estructurales que obligan a las personas a abandonar su país de origen, salvar vidas, reforzar la respuesta transnacional al tráfico ilícito de migrantes, utilizar la detención de migrantes solo como último recurso, o proporcionar a los migrantes acceso a servicios básicos.
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