Las reñidas elecciones para presidir el Partido Socialista
Las diferencias entre Isabel Allende y Camilo Escalona.
Escucha la nota de Valentina González aquí:
Ambos son figuras históricas del partido pero fuera de eso, no tienen demasiadas cosas en común.
Mientras que Isabel Allende se ha presentado como una alternativa para cuadrarse con el gobierno y apoyar a la administración de Bachelet, el regreso de Camilo Escalona a la política ha estado marcado por declaraciones que han causado por decir lo menos, bastante ruido en el oficialismo.
La interrogante que pesa sobre quién presidirá la próxima directiva del Partido Socialista, está lejos de importarle solo a sus militantes. Después de todo, es el propio partido de la presidenta, y una pieza clave al interior de la Nueva Mayoría y del Congreso. A pesar de esto, desde La Moneda han evitado hacer cualquier alusión al futuro del partido.
El vocero Álvaro Elizalde, ratificó que desde el gobierno no se tomará ninguna postura ante la elección:
“Nos vamos a abstener de intervenir, y tenemos la convicción que quien resulte electo presidente del Partido Socialista va a apoyar con entusiasmo las reformas que está impulsando el gobierno de la Presidenta Bachelet”, dijo Álvaro Elizalde.
El debate al interior de la propia tienda, no es menor. El concepto de la lealtad, es que el está justamente al centro de todas las fisuras que lentamente, han comenzando a aparecer entre los parlamentarios.
En medio de los días difíciles que vive La Moneda, la ex presidenta del Senado propone justamente dar respaldo al programa de gobierno y a la presidenta. Algo que, como ella detalló en entrevista con CNN, tampoco significa callarse las críticas:
“Cuando yo hablo de lealtad, quiero ser bien clara, cuando digo lealtad a la Presidenta es porque la conozco, se de su trayectoria, le creo y la hemos vito volcada hacia el servicio publico que ha hecho sobre toda su vida. Pero no significa incondicionalidad. Más de alguna vez expresé mis críticas pero sé hacerlo en el momento oportuno”, dijo Isabel Allende.
Para resumirlo en una sola frase, la ropa sucia se lava en casa. No por medio de titulares, entrevistas o declaraciones a la prensa: tema que últimamente, es algo sensible al interior del socialismo.
Cuando Camilo Escalona habló de adelantar las elecciones parlamentarias como una opción para superar la crisis que atraviesa la política, la idea fue recibida mucho más como un gesto desafiante hacia la autoridad de Bachelet y una deslealtad hacia La Moneda, que como una salida para el conflicto. El ex senador, aclaró que cuando él habló de esta posibilidad, lo hizo pensándola como un último recurso.
“Yo a los parlamentarios que se sienten afectados, les digo con mucha franqueza yo no deseo que esta situación se produzca. en el caso de que así ocurriera se tiene que consultar a la soberanía popular. yo no espero que mi opinión sea la única, yo no tengo ese grado de soberbia, no me siento poseedor de la verdad pero si tengo el coraje político de proponer una solución”, dijo Camilo Escalona.
Una reacción similar fue la que recibió el actual timonel del partido, Osvaldo Andrade, luego de criticar al ministro del Interior. Pasaron apenas horas para que la totalidad de los senadores socialistas salieran a desmarcarse de las palabras de Andrade, reiterando su respaldo a la mandataria y a su gabinete. El senador Juan Pablo Letelier, calificó como contradictorio esperar un mayor liderazgo de la presidenta, pero al mismo tiempo, cuestionar sus capacidades.
Escalona, que ya ha sido seis veces presidente del partido, cuenta con el apoyo de figuras emblemáticas del socialismo y de sectores como la Nueva Izquierda, facción que comparte con Osvaldo Andrade.
Allende, por otro lado, agrupa en su candidatura a las opiniones más moderadas que desean alinearse con el oficialismo y privilegiar la estabilidad.
El ex timonel Gonzalo Martner, quien era el tercer nombre en estas elecciones, optó por bajar su candidatura en pro de la senadora, argumentando que “hay que saber converger, para impedir que los conservadores mantengan el control sobre el partido”. Para Martner, el socialismo habría derivado en una organización que sólo persigue cargos públicos, sin contenidos ni proyectos.
Es el sello que se le dará al partido, lo que está en debate en las elecciones de este domingo; en una jornada que sin ninguna duda, estarán observando atentamente desde La Moneda.
FOTO: Agencia Uno